EL ADN DE LA SEMANA

La longevidad de los sardos

Los habitantes de Cerdeña son objeto de estudio por su esperanza de vida, su baja estatura y por la alta incidencia de la talasemia

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aLGUER / archivo / edwin winkels

Pere Puigdomènech

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Las poblaciones de las islas, o las que han vivido aisladas, tienen un interés especial para el estudio de la evolución humana. Pueden mostrar alguna característica genética especial que puede resultar en un cierto riesgo de manifestarse como enfermedad. Es lo que ocurre a los habitantes de Cerdeña, que son objeto de estudio por su longevidad, su baja estatura o por tener una alta incidencia de talasemia, una enfermedad genética de la sangre. Ahora se publica un estudio muy completo que trata de concluir cómo se ha formado la actual población sarda.

El trabajo que publica la revista 'Nature Genetics' ha sido el fruto de la colaboración de grupos de las Universidades de Cerdeña con grupos californianos. Han analizado el genoma de más de 3.500 personas de diferentes partes de la isla que tengan como mínimo tres abuelos sardos. Las conclusiones son que la población sarda no es homogénea, y que en ciertos lugares ha sido aislada durante siglos. La comparación de su genoma con otros de conocidos en Europa les permite concluir que la base de la población sarda se formó por agricultores que llegaron hace unos 7.500 o 8.000 años cuando ya había otros pobladores. Es interesante que el grupo europeo que tiene más similitud con los sardos son los vascos. Esto querría decir que provienen de poblaciones que vinieron del Este con la agricultura y que desde entonces han quedado relativamente aisladas.

En el estudio encuentran también restos de poblaciones africanas que podrían haber llegado con cartagineses o romanos hace 2.000 o 3.000 años y una excepción curiosa en el cromosoma Y que representa la contribución de los hombres en el contenido genético de la población. En este caso los resultados indican que vendría de invasiones posteriores que son las que han formado el grueso de la población europea actual. Los sardos (y los vascos) conservan la base genética no de los primeros pobladores de Europa, sino de los primeros agricultores, pero no fueron del todo ajenos a las invasiones del Este y del Sur que han acabado formando la población europea.