EL ADN DE LA SEMANA

Japón

El abandono de los campos de arroz amenaza la biodiversidad agraria

PERE PUIGDOMÈNECH

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Para llegar a Japón hay que tomar un gran avión y pasarse en su interior casi un día. Cuando salimos en el aeropuerto, encontramos un mundo que sentimos tan igual y a la vez diferente del nuestro, y parece a veces que la evolución de su sociedad va por delante de la nuestra. Un artículo reciente discute el dilema que tienen los japoneses por el abandono de los campos de arroz, una parte importante de su historia.

La agricultura comienza en Japón con la llegada del arroz procedente de China, un producto que ha sido esencial para su alimentación y su cultura. Para producirlo en un país superpoblado se han creado unas terrazas que son la marca de identidad de algunas regiones. Pero el consumo de arroz está bajando en Japón. Actualmente se consumen más productos basados en el trigo, que es importado, que en el arroz, del que el país es autosuficiente. Además, los acuerdos internacionales pueden abrir las fronteras a las importaciones de arroz, que resultan más económicas. El resultado es que los campos de arroz se están abandonando y estudios recientes afirman que ello ocasiona la disminución de la diversidad biológica y puede poner algunas especies en peligro de extinción.

Lo que ocurre en Japón no es muy diferente de lo que sucede en nuestro país. Paseando por tierras de montaña se puede observar que lo que hoy en día son bosques a menudo habían estado ocupados anteriormente por terrazas cultivadas. El bosque recupera espacio, retornan especies como los jabalís y se producen incendios, o bien llegan las procesionarias porque no hacemos mucho por evitarlo. En Japón había especies de animales y plantas que se habían adaptado bien a los campos de arroz y que ahora son expulsadas por especies que a veces son ajenas. En las ciudades, donde viven la mayoría de los japoneses, hay una visión idealizada de la naturaleza salvaje, pero parece que para preservar la diversidad biológica sería mejor mantener los campos de arroz que abandonarlos. Cómo se puede hacer esto cuando se van los agricultores es una cuestión que ellos, y nosotros, debemos aclarar.

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