EL ADN DE LA SEMANA

Fastidiosa

La expansión de la bacteria que mata los olivos ha generado polémica en Italia

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PERE PUIGOMÈNECH

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En el año 2013 se declaró una importante enfermedad en los árboles de Apulia, la región del sur de Italia. Afectaba a diferentes especies y en particular a los olivos, que en aquella región del Mediterráneo son un símbolo de su agricultura. Se diagnosticó que la enfermedad estaba producida por una bacteria conocida como 'Xylella fastidiosa' que ha provocado pérdidas importantes en diferentes lugares de América. También ha llegado a Mallorca, aunque parece que por ahora ha sido contenida. Pero para ello a menudo se necesitan acciones contundentes. Un informe reciente concluye que en Italia la actuación no ha sido lo suficientemente eficaz.

La llegada de la 'Xylella' a Europa produjo una alarma lógica. Es una enfermedad que se transmite por insectos y diversas variantes de la bacteria infectan árboles como el olivo o los naranjos, pero también la vid, los almendros o la adelfa. Cuando se presenta no hay muchas soluciones al margen de cortar los árboles enfermos, evitar toda exportación de material vegetal vivo y crear zonas de contención para impedir la expansión de la enfermedad. El hecho es que se detectaron casos de infecciones por 'Xylella' en el sur de Francia, en Córcega y finalmente en Mallorca y Eivissa, donde tuvieron que tomar medidas en olivos y almendros con síntomas.

La Comisión Europea, en un informe que se acaba de publicar, y del que ha hablado la revista 'Nature', afirma que las autoridades italianas no fueron suficientemente eficaces en seguir las normas existentes y la enfermedad no se ha detenido. Cuando se detectó hubo protestas porque había que cortar olivos, algunos centenarios. Incluso ha habido una investigación judicial por una denuncia de activistas que acusaron a científicos de un instituto de investigación de Bari de haberla importado y esto ha paralizado algunas actuaciones. En Catalunya deberíamos estar vigilantes. Parece que los responsables están informados y, por suerte, en Mallorca y Eivissa hay más importación que exportación de plantas. Bajar la guardia sería un error que tal vez cometieron en Italia.