EL ADN DE LA SEMANA

Celebraciones estelares

Nuestro espacio más próximo se llena de objetos de todo tipo

Basura espacial entorno a la Tierra

Basura espacial entorno a la Tierra

Pere Puigdomènech

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Nueva Zelanda acaba de entrar en el club de los países que pueden enviar objetos a la órbita terrestre. Lo ha conseguido una pequeña compañía utilizando un cohete de fabricación propia. Para celebrarlo han puesto en órbita el que será uno de los objetos más brillantes del cielo. La compañía estadounidense SpaceX ha lanzado su cohete más potente y para celebrarlo ha situado uno de sus coches Tesla orbitando el Sol. El espacio se ha convertido en un entorno de publicidad y celebraciones.

El espacio exterior de nuestro planeta fue durante mucho tiempo el monopolio de los grandes poderes del mundo. Desde la puesta en órbita del Sputnik en 1957, la Unión Soviética y Estados Unidos hicieron de la carrera al espacio una de sus competiciones favoritas. Con el tiempo, el espacio se ha convertido en esencial para la meteorología, las telecomunicaciones o el GPS. Hay también satélites que vigilan la superficie del planeta con una definición cada vez mayor. Una consecuencia es que se van acumulando restos de cohetes y satélites.

Los acuerdos internacionales definen el espacio como un entorno del que nadie puede apropiarse. También ha sido un lugar para la cooperación. De hecho, la Estación Espacial Internacional es de los pocos lugares donde trabajan hombres y mujeres de cualquier nacionalidad. Además, la libertad que hay en el espacio hace que aparezcan nuevos actores. La compañía neozelandesa Rocket Lab ha puesto dos satélites de bajo precio en órbita y lo ha celebrado enviando una bola reflectante llamada la Estrella de la Humanidad que durante un cierto tiempo se podrá ver a simple vista. SpaceX se propone liderar los viajes interplanetarios y aprovecha para hacer publicidad de coches.

Parece inevitable que cuando empezamos a ocupar un nuevo entorno como el espacio exterior terminen apareciendo iniciativas que producen usos comerciales, pero también basura. Quizás deberíamos proponer que hay que preservar de alguna manera la esfera inmutable de los astros de la que disfrutamos en una buena noche estrellada.