INSTITUTO EUROPEO

El buque insignia de la biología europea abre una sede en Barcelona

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MICHELE CATANZARO / BARCELONA

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Barcelona acogerá una subsede del Laboratorio Europeo de Biología Molecular (EMBL), el buque insignia de la investigación continental en ciencias de la vida. La decisión se ha formalizado hoy con la firma de un convenio entre el EMBL y el Ministerio de Economía, Industria y Competitividad en el Parc de Recerca Biomèdica de Barcelona (PRBB), el edificio de la Barceloneta en el cual se instalará el centro.

El laboratorio debería entrar en funcionamiento durante el 2017. Su director, elegido con un concurso internacional, se dará a conocer dentro de un mes y escogerá dos o tres jefes de grupo en el 2018, según las previsiones de Iain Mattaj, director del EMBL. Se prevé la creación de ocho grupos (unos 100 investigadores) dentro de cinco años.

El centro cuenta con 21 millones de euros de presupuesto entre el 2017 y el 2021: 16 del EMBL y 5 del Estado (que se suman a los que España ya aporta al EMBL, 9 en 2016). La Generalitat contribuye con 800 metros cuadrados de espacio en el PRBB.

BIOLOGÍA DE TEJIDOS

La estación española, la sexta creada por el centro, incluyendo su sede central en Heidelberg (Alemania), está pensada para investigar la biología de tejidos. Esta disciplina estudia el desarrollo de órganos, para contestar a preguntas como: ¿Cómo late el corazón?, ¿cómo cicatriza un hígado dañado? o ¿cómo se forman los huesos de las piernas?

Mientras algunos investigadores se fijan en las células individuales y otros en organismos enteros, los biólogos de tejidos estudian conjuntos de células. Para ello se necesitan microscopios especiales, como el de iluminación en un solo plano (SPIM), que visualiza capas de células proyectando una fina lámina de luz sobre ellas. También se emplean organoides: bolas de células que simulan un órgano en una probeta. Finalmente, modelos matemáticos permiten modelizar el comportamiento de los grupos de células.

Entender cómo se organizan los tejidos permite comprender qué ocurre cuando esa organización se desajusta, produciendo enfermedades o malformaciones. Además, abre la puerta a regenerar artificialmente tejidos dañados.

El CERN DE LA VIDA

El EMBL fue creado en 1974 para ser el 'CERN de la vida', es decir, para convertir a Europa en líder mundial en biología, tal y como lo ha hecho para la física el CERN, el centro de Ginebra que hospeda el gran acelerador de partículas. Desde entonces, esta institución integrada por 22 estados, que emplea a 1.800 personas, ha abierto cinco sedes, la última de ellas hace 20 años.

"España era el único país grande de Europa que no tenía subsede", explica Luís Serrano, director del Centre de Regulació Genòmica (CRG) de Barcelona, que ha peleado por el proyecto desde el 2006.  Entonces, Serrano se incorporó al CRG desde el EMBL para liderar una unidad mixta de los dos centros, financiada por el Estado.

Siguieron los años de la crisis, en los cuales el presupuesto del EMBL se congeló y los estados miembros se volvieron precavidos en cuanto a financiación, explica Mattaj. No obstante, Mattaj atribuye el paso de una década al tiempo inevitablemente necesario para convencer a todos los estados miembros. Finalmente, la iniciativa se desbloqueó en el 2016.

"Es un buen momento para la biología de tejidos: los avances en la microscopía permiten estudiar grandes grupos de células en alta resolución y se ha avanzado mucho en organoides", explica Mattaj.

¿Por qué el EMBL ha escogido Barcelona? "La experiencia con la unidad mixta ha sido exitosa", contesta el director. "Además, al lado del PRBB hay pacientes [en alusión al Hospital del Mar]: hay tan solo un par de centros en Europa que hacen esta investigación con material de pacientes", explica.