2001

Teniendo en cuenta que ahora los estamos recordando y celebrando, la primavera de 1968 estuvo llena de hechos históricos. El asesinato de Martin Luther King o la revuelta de estudiantes en París son la prueba. Es el año en que se publican algunos de los primeros artículos que demuestran la posibilidad de romper y unir ADN, algo que ha sido clave en los métodos que utilizamos para estudiar el ADN. Y el que esto escribe firmó su primer contrato laboral para hacer artículos de divulgación científica. Pero fue también el año en que salió la película '2001: una odisea en el espacio', de Stanley Kubrick, según la novela de Arthur C. Clarke.

La película de Kubrick es un hito en la historia del cine con contenidos científicos. Explora la evolución de la humanidad en sus inicios y lo relaciona con un mundo tecnológico que extrapola al 2001, con estaciones en la Luna y viajes a Júpiter, donde aparece un enigmático monolito negro que ha dado lugar a todo tipo de especulaciones. Encontramos reflejados también los riesgos de depender de sistemas controlados por computadoras inteligentes. Sus imágenes, cuando no había diseño por ordenador, y el uso de la música clásica han dejado una huella duradera en la estética de las películas de ciencia ficción.

Desde el 2018 es fácil criticar las predicciones que se hacen en la película sobre cómo serían los viajes al espacio en el 2001. Aquel 1969 fue el año de la llegada de los hombres a la Luna, pero una vez terminado el programa Apollo en 1972 el impulso se extinguió en todo el mundo. Ha habido sondas que han explorado todos los planetas e incluso asteroides y cometas y ha habido robots que se pasean por la superficie de Marte. En estos momentos la única nave habitada es la Estación Espacial Internacional, que no está claro que tenga continuidad. Podría ser que las próximas naves con pasajeros que vayan al espacio sean de compañías privadas. Algo de esto también hay en la película rodada hace 50 años.