Solo el irlandés Martin se le escapa a Contador en la llegada a La Molina

Alberto Contador mueve los pedales de su bici instalada sobre el rodillo, tal cual fuese estática. Se le descubre por la nube de curiosos que lo fotografían en la parte trasera del autobús del Tinkoff, su equipo. Relaja los músculos tras un esfuerzo de cinco horas, victoria del irlandés y nuevo líder Dan Martin, el ganador del 2013, el sobrino de Stephen Roche, el único que se le ha escapado al corredor madrileño en la subida a La Molina.

Arriba, tras cruzar la meta, el aire frío es inaguantable, sobre todo para unos ciclistas que llegan sudados. ¡Todos a una! El espectáculo se ha reducido a los últimos dos kilómetros, como el último minuto en un partido de básquet. En un plisplás, Chris Froome, Nairo Quintana y Richie Porte han pasado a la acción. Y siempre ha sido Contador quien se ha encargado de hacerles ver que, por un día y quizás hasta el domingo en Barcelona, el que manda es él. Martin, en cambio, ciclista explosivo, bueno en las clásicas y en los repechos cortos que tanto gustaron a José Luis Laguía por allá los 80, suele fallar en la alta montaña, en las subidas largas y de fondo, como es la ascensión de este jueves a Port Ainé, la etapa reina de la ronda catalana.

Contador repasa el día  mientras se relaja en el rodillo. “Esta etapa siempre se me resiste. No hay manera”. La queja del madrileño viene dada porque en las dos ocasiones anteriores en las que estuvo en La Molina no consiguió llegar junto al vencedor, primero Purito Rodríguez (2014) y después Porte (2015). Y, casualmente, ambos, después, se proclamaron ganadores en Barcelona. “Cuando llegue al hotel me conectaré al Youtube para ver cómo es la subida a Port Ainé. Pero creo que me viene mucho mejor que La Molina”. Allí debería quedar bastante clara la clasificación de la Volta.

EL ANTECEDENTE DE LA PARÍS-NIZA

Pero un dato a navegantes. Si no es Contador el líder, si el madrileño se encuentra a pocos segundos del jersey verdiblanco de líder (de La Molina salió a solo seis segundos de Martin) que estén atentos a la subida a Lilla, antes de bajar a Valls, el viernes, y a las ascensiones del domingo a Montjuïc. Y si no solo hace falta recordar lo que ocurrió hace apenas dos semanas en la última jornada de la París-Niza, cuando el madrileño revolucionó la ‘Carrera del Sol’ sin demasiado territorio para buscar un milagro. Por solo cuatro segundos se le escapó la victoria final en Niza.

“No he acabado de ir a gusto. El frío tampoco ha sido la causa, aunque al final me encontré bien. Atacaron casi todos. Queda mucho rival pero no me desagrada la subida a Port Ainé”. Lo vuelve a repetir Contador mientras da por finalizada la sesión de rodillo, para disgusto de los aficionados que se quejan porque con la conversación se tapa la figura del corredor de Pinto. “¡Tranquilos! –Contador pide calma—tranquilos que ahora me fotografió con vosotros”. La escena sucede a 300 metros de la meta de la Molina, justo antes de la última y empinada curva que conduce a la línea de llegada.

Contador, que nunca se fue, tras las dudas en el Tour del año pasado, ha regresado con fuerza, con el espíritu del 2014 y con el que también llevó durante el Giro de la temporada pasada que, por supuesto, ganó. Es ese Contador que, quizá precipitadamente, anunció hace año y medio que en diciembre lo dejaba. La Navidad aún queda muy lejana, pero quizás está más cerca que el retiro de Contador.

Todas las clasificaciones en la página oficial de la Volta.