UN NUEVO TRIUNFO

Valverde también gana en la Navarra de Induráin

El ciclista murciano consigue la novena victoria del año al imponerse en el gran premio que lleva el nombre del pentacampeón del Tour

ALEJANDRO VALVERDE VENCE EN EL XX GRAN PREMIO MIGUEL INDURÁIN

ALEJANDRO VALVERDE VENCE EN EL XX GRAN PREMIO MIGUEL INDURÁIN / rgs

Sergi López.Egea / Barcelona

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Desde que Miguel Induráin colgó la bicicleta un ya lejano 2 de enero de 1997, en el ciclismo han pasado cosas buenas y otras no tanto, pero, sin duda, la aparición de Alejandro Valverde con un hambre de victoria más voraz si cabe que el que tenía Eddy Merckx ha sido de lo mejor que ha dado este deporte en las últimas décadas.

Allí donde va gana. Y hasta parece que haya pasado una eternidad desde que el domingo pasado cantó victoria en la barcelonesa montaña de Montjuïc. Que nadie se engañe, que solo han transcurrido seis días con una carrera de entrenamiento, de por medio, llamada A través de Flandes (no confundir con el Tour de Flandes) en la que Valverde aprovechó para refrescar la memoria sobre los adoquines del norte de Europa. Solo refrescar porque Valverde lo que se dice aprender poca cosa necesita. De paso, antes de regresar a España, se dio una vuelta por el País Vasco francés para conocer la contrarreloj final de la próxima edición de la ronda francesa.

Una carrera especial

Llegó y se fue luego a una carrera que tiene un significado muy pero que muy especial para su equipo. Y hasta podría decirse que este sábado, si Valverde no llega a participar en el Gran Premio Miguel Induráin y comete la tremendísima e ilógica locura de disputar el Tour de Flandes, la carrera en honor al más grande ciclista español de todos los tiempos --hasta Valverde lo tiene claro por mucho que supere al pentacampeón del Tour en victorias individuales-- habría quedado como algo superficial. Sin embargo, allí donde pone el pedal pone la bala. Y, por eso, lo apodan 'El Bala', el 'jovencísimo' corredor murciano, que sigue prometiendo exitos a apenas tres semanas de cumplir 38 años. Y le queda combustible.

Disputar el Tour de Flandes, este domingo, habría sido una locura, una insensatez, que ponía en riesgo la temporada de Valverde

Valverde se fue el miércoles a correr por territorio flamenco y hasta se dejó querer sobre si se dejaba atraer por la magia del Tour de Flandes. Es una carrera que siempre ha querido disputar pero que, por varias razones, jamás ha disputado y posiblemente nunca lo haga. Sobre los adoquines a través de Flandes comprendió, tal como le había comentado el mánager de su equipo, Eusebio Unzué, que disputar la clásica de este domingo era cuanto menos una sinrazón. Ni pesa lo necesario para salir triunfador, ni tal vez su rodilla, sana como una manzana, pero con algún gusanillo en forma de hierro en su interior, necesitaba el tormento de kilómetros y kilómetros sobre adoquines, con continuas subidas y con frío, a pesar de que las previsiones abandonen la lluvia.

Las Ardenas y Merckx

El objetivo y así lo entendió Valverde son las Ardenas y antes de descansar un poquito pensando en el Tour queda el reto de igualar el récord de las cinco victorias de Merckx en Lieja. Esa es su clásica y por eso era mejor dejarse de tonterías y no ir a aventuras sin lógica como la de afrontar un Tour de Flandes sin haberlo preparado a conciencia. Era un naufragio. Era como enfrentarse a la peor tormenta marítima con el casco del barco agujereado.

Y, además, estaba el romanticismo, que todavía, aunque poco, existe en el ciclismo. Lo llamaba el Gran Premio Induráin. O lo que es lo mismo, la llamada era la de Induráin, en la tierra de origen de un equipo llamado Movistar pero que siempre ha tenido una esencia navarra desde que José Miguel Echávarri (homenajeado este sábado en Estella, origen y fin de la prueba) creó una escuadra que se llamó Reynolds, luego Banesto, más tarde Illes Balears y Caisse d'Epargne, hasta que el gran ayudante de EchávarriUnzué, cogió el testigo del mejor equipo español de todos los tiempos.

Solo resistió Verona

Por eso, el Movistar, que dominó la carrera de pe a pa con una exhibición en la que solo el corredor madrileño Carlos Verona los resistió, tenía que acudir a la cita navarra con su mejor hombre, con un Valverde que, además, como así fue, tenía que ganar la carrera. Otra exhibición, novena victoria de un año tan increíble como él. De Induráin a Valverde y tiro porque me toca.