especulación en ciutat vella

UGT dio un pelotazo de 1,8 millones con la compraventa de unos solares

XABIER BARRENA
BARCELONA

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La cooperativa de vivienda de la UGT de Catalunya, Qualitat Habitatge Social, pegó en el 2004 un pelotazo de 1,8 millones de euros, al revender una serie de solares en el Raval a un precio cuatro veces superior al que pagó cinco años antes, tal como se aprecia en los documentos del registro de la propiedad consultados por este diario. A simple vista no se observa nada irregular, legalmente hablando, aunque desde otros puntos de vista surgen mil y un interrogantes. Por ejemplo, ¿cómo es posible que una empresa creada por un sindicato con el único objetivo de construir pisos sociales para la «clase trabajadora», según su web, tenga unos terrenos en el centro de Barcelona paralizados durante cinco años? ¿Puede un sindicato atacar la especulación inmobiliaria y el régimen de plusvalías y luego revender un solar al 400% de su coste?

Estas y otras preguntas no pudieron ser formuladas al sindicato. Toda respuesta que encontró este diario por parte de la centenaria entidad fue que la UGT «no tenía nada que decir» al respecto.

Según reza en su página web (www.qhs.cat), la UGT de Catalunya «consciente de las dificultades de acceso a una vivienda digna y asequible por parte de las clases sociales con menos poder adquisitivo» promovió la creación de una sociedad mercantil, la actividad «fundamental» de la cual es dar respuesta a esta problemática. El principal objetivo de Qualitat Habitatge Social es «conseguir unos precios finales de las viviendas que permitan su adquisición a las clases trabajadoras».

LA COMPRA DE 1999 / Con este fin, la cooperativa compró en abril de 1999 un almacén de dos pisos con fachada a la calle del Cid, 11 y a la de Mina, 2 junto con otro solar, que da al Portal de Santa Madrona, 8 bis y Mina, 4 por 98 millones de pesetas, es decir, 588.931 euros. Esas fincas se hallaban situadas en una reserva de vivienda social que delimitó el plan especial de reforma interior del Raval (PERI) de 1985. Es decir, compró esos solares porque era una cooperativa de pisos sociales. Eran, por tanto, piezas vedadas a las promotoras privadas.

Lo cierto es que la cooperativa, por los motivos que fueren y que prefiere no explicar, no se lanzó a construir la vivienda social como cabría esperar. Pasaron los años y, en el 2003 se modificó el PERI del Raval en el sector de las fincas. En concreto, se introdujo la posibilidad de construir una torre de gran altura (respecto a las colindantes) con el objetivo de esponjar ese denso tejido. No se aumentó la edificabilidad del conjunto, pero disminuyó drásticamente el porcentaje de vivienda social que esa torre iba a albergar. Si antes era del 100%, pasó al 25%.

Estos cambios, con la aparición de un techo de pisos de venta a precio de mercado del 75%, se consolidaron urbanísticamente en julio del 2004, mediante una modificación del Plan General Metropolitano (PGM). UGT vendió sus fincas dos meses después por 2.343.947 euros a Inversiones Lengar.

VENTA FINAL / Es obvio que estos solares deben albergar en su subsuelo algún producto milagroso o, muy posiblemente, petróleo, porque justo dos años después, en septiembre del 2006, la empresa Barcelona Investments los compró por 7,95 millones. Casi 14 veces el precio de 1999 y más de tres veces el coste del 2004.