Solo uno de cada cinco españoles habla inglés con soltura

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MARÍA JESÚS IBÁÑEZ / BARCELONA

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El problema no es nuevo, pero de un tiempo a esta parte, con un mundo más globalizado y más interconectado que nunca, quien no sabe inglés se queda también más rezagado que nunca. Y en España, mal que nos pese, hemos subido algo tarde al tren de los idiomas. Tanto que, aunque los avances en la última década han sido importantes, las lenguas extranjeras siguen siendo el talón de Aquiles de los españoles. Según cifras recientes del Consejo de Europa el nivel de idiomas en España es solo ligeramente superior al de franceses y británicos. Solo uno de cada cinco españoles domina con cierta fluidez el inglés.

En los últimos años, los cambios son tan rápidos que el dominio de esta 'lingua franca' se ha convertido casi en obligación. "Las transformaciones del mercado laboral, la mayor movilidad de las personas, los nuevos consumos culturales… están haciendo que nunca terminemos de estudiar inglés”, constata Meritxell Ruiz, ‘consellera’ de Ensenyament y responsable no solo de la formación lingüística de los escolares, sino también de los servicios públicos de enseñanza de idiomas para adultos.

¿CUÁNDO COMENZAR?

¿Cómo hay que estudiar inglés? ¿Y cuándo hay que iniciarlo? "Empezar hay que empezar cuanto antes mejor y del modo más entretenido posible", aboga la lingüista Helen Doron, que ha desarrollado un método de éxito para la enseñanza del idioma. Cuanto antes, porque "hay que aprovechar la plasticidad del cerebro infantil, su flexibilidad y su capacidad de absorción, que son extraordinarios antes de los siete años", prosigue Doron. "Eso no significa que después de esa edad no valga la pena empezar, pero entonces hay que tratar de que el alumno aprenda de la forma más amena posible y con constantes refuerzos positivos", prosigue la profesora, que regenta una empresa con más de 800 colegios de inglés por todo el mundo.

Hay estudios, no obstante, que no lo tienen tan claro. "No existe un consenso científico al respecto. Hay investigaciones que han detectado que cuando el niño es tan pequeño, cuando todavía no ha conseguido dominar su lengua materna, no es capaz de retener la estructura de una lengua extranjera. Sí es efectivo para la fonética, para la pronunciación, pero no está tampoco claro", subrayó la 'consellera' Ruiz, que precisamente compareció la semana pasada en el Parlament para hablar sobre el aprendizaje de idiomas en Catalunya.

EL INGLÉS DE LOS PROFESORES

Para el cómo, la respuesta es ya algo más complicada. "Es muy importante que el inglés entre a formar parte de la vida cotidiana, de las películas que vemos, de la música que escuchamos, de los libros". Y es fundamental, insiste Doron, "que el profesorado esté preparado".

“Somos conscientes de que aquí hay un margen de mejora importante", admitía la 'consellera' en su intervención parlamentaria, después de anunciar que "3.155 profesores catalanes han estudiado inglés en los últimos cinco años para poder dar clases. En el curso 2011-2012, fueron 97 los docentes que hicieron esa formación, y la previsión para este 2015-2016 es que sean 1.100". Con todo, cuando la Generalitat presentó hace tres años su plan para que las escuelas incorporaran el inglés como lengua con la que impartir también clases, solo dos de cada diez docentes en activo (unos 72.000) contaban en ese momento con el nivel suficiente. Para ello, la Administración estima un nivel B-2 (o el equivalente al First Certificate), según la ley de educación de Catalunya, en vigor desde el 2010.

Los progresos son lentos, pero aun así, este año por primera vez, en las pruebas externas de evaluación que realizan los alumnos catalanes de 15 años, "en Inglés han obtenido una nota media de 70 puntos, que es el nivel de dominio considerado básico". Lamentablemente, sigue existiendo una brecha profunda entre los estudiantes con recursos económicos (los que pueden pagarse clases fuera del colegio o estancias veraniegas en el extranjero) y los que no.