Quejas por los atascos que provoca la 'superilla'

Vecinos y comerciantes denuncian los problemas de tráfico y con el transporte público

Un motorista en la calle Roc Boronat, en la superilla del Poblenou.

Un motorista en la calle Roc Boronat, en la superilla del Poblenou. / periodico

CARMEN JANÉ / BARCELONA

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“Superilla desierta”, “prueba piloto sin fin” o “invento mal hecho” son algunas de las lindezas que los opositores a la actual 'superilla' del Poblenou dedican a la iniciativa municipal, de la que recuerdan que en principio había sido planificada para otro emplazamiento, cerca del centro de Can Felipa, y no donde finalmente se ha delimitado, entre las calles Tànger, Badajoz, Pallars y Llacuna. Los vecinos, organizados en grupos de Facebook y Twitter, y con pancartas en muchos balcones -más fuera del espacio que dentro-, lamentan que el cambio de ubicación para el que habían dado su consentimiento haya provocado problemas de tráfico, desplazamiento de paradas de autobús, menos plazas de aparcamiento y poco negocio en los comercios de la zona, que incluye partes de Almogàvers y Pere IV.

“No tengo nada en contra a reducir el uso del coche en la ciudad, pero en la zona en que la han hecho no. Han provocado más atascos y más contaminación en el perímetro porque los coches están más tiempo en el mismo sitio y dan más vueltas para encontrar aparcamiento”, clama Laura Bustamante, vecina y taxista, coimpulsora de la campaña que en Change.org ha logrado reunir más de 3000 firmas contra la 'superilla'. 

“Esto ha pasado de ser una calle principal a un callejón, y la faena ha bajado mucho. Aquí la gente no venía a pasear, porque no hay nada. Pasaban los currantes”, afirma Jordi, camarero de uno de los bares de Pere IV. “Si lo hubieran hecho solo el fin de semana, estaría bien, pero entre semana no. No hay nadie”, replica Robert Burgués, propietario de un bar vecino. No son los únicos comercios que se quejan. Los concesionarios y talleres de coches, que se concentran con una densidad poco habitual en otras zonas de la ciudad, están que trinan. Según Bestfreewifi, que ha medido el tráfico de personas a partir del wifi activado en los teléfonos, solo en la perimetral calle Badajoz el tráfico ha aumentado un 54%.

Desde la asociación de vecinos del Poblenou critican la falta de proceso consultivo sobre la actual ubicación pero defienden la estructura como “estrategia de un proyecto de transformación urbana”, según su presidente, Salvador Clarós, que atribuye las quejas a “intereses particulares”. 

“No somos fans de los coches, pero antes no había atascos y ahora los hay. Y han conseguido enfrentar al barrio entre los 'proilla' y los 'antiilla'", explica Brian Sellei, vecino perimetral y activista contra la nueva estructura. “Si quieren que la gente realmente deje el coche, han de mejorar el transporte público, no trasladar la contaminación de un lado a otro”, afirma Jordi Campins, portavoz de la Plataforma d’Afectats per la Superilla, que anuncia movilizaciones a partir de enero.