Schnabel se afianza como autor de culto con otra historia íntima

CRISTINA SAVALL / ENVIADA ESPECIAL / CANNES

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Como gatos después de alcanzar otro tejado tras saltar sobre el vacío. Así se sentían el director y artista norteamericano Julian Schnabel --Le scaphandre et le papillon (La escafandra y la mariposa)-- y el realizador y guionista mexicano Carlos Reygadas --Stellet licht (Luz silenciosa)-- ante la cálida acogida con que fueron recibidas ayer en Cannes sus turbadoras, pictóricas y personales películas. La número tres para ambos, que suele ser la que determina el rumbo estético que emprende un cineasta.

La carrera por la Palma de Oro les une, también, por la voluntad de afianzarse como autores de culto y por el esmero con que se entregan a la búsqueda de la belleza en la composición de planos. Sus escrituras son como la noche y el día, pero coinciden en rodar en idiomas que les son ajenos y en la serenidad ante el riesgo con que emprenden sus propuestas. Ambas excepcionales.

EL RECUERDO DE ANTONIO MOLINA

El origen deLe scaphandre et le papillonse encuentra en la serie de dibujosLa voz de Antonio Molina, que Schnabel llevaba al cantante moribundo cuando, tras haber perdido el habla, permanecía inmóvil en su cama. Cada semana, el pintor le hacía llegar un cuadro. Perdió la voz pero no la mirada. La fuerza para rodar una película sobre un hombre con conciencia pero sin expresión ni movimiento surgió tras leer la "espléndida" autobiografía homónima del periodista Jean Dominique Bauby.

El editor de la revista francesaEllesufrió un infarto cerebral que le dejó el cuerpo paralizado. Solo se podía comunicar cerrando y abriendo el ojo izquierdo. Del pestañeo surge la palabra mariposa que sale en el título. La de escafandra proviene de la sensación de ver el mundo desde un pequeño cristal sumergido en el océano del aislamiento.

"Si este hombre podía pasearse por donde quisiera con su imaginación, yo podía hacer cualquier cosa filmando", declara Schnabel. El cineasta se esfuerza en mostrar el aprendizaje que emprende Bauby para conocer el singular alfabeto que sigue el orden de las letras más frecuentadas. Las primeras son lae, las, laa, lary lai. Su terapeuta lo recita de corrido y él cierra el ojo cuando escucha la letra con la que quiere componer una palabra. De esta manera, escribió el libro.

Mathieu Amalric interpreta a este personaje que por su forzosa inmovilidad se parece a la composición que hizo Javier Bardem de Ramón Sampedro enMar adentro. El actor español protagonizóAntes que anochezca, la anterior película de Schnabel, en la que también actuaba Johnny Depp. "Desarrollé el proyecto con él, pero al final optó por rodar una nueva entrega dePiratas del Caribe", comentó con sorna el director.

LA INSPIRACIÓN DE DREYER

Reygadas, que hace dos años sorprendió en la sección oficial de Cannes con su segunda película,Batalla en el cielo, rinde enStellet lichtun sentido homenaje al cine de Dreyer y Tarkovski. El poético relato, lleno de connotaciones religiosas, del sufrimiento con que afronta una mujer la infidelidad de su marido en una cerrada comunidad menonita es un prodigio de cine artesanal. El alcance de la belleza se materializa desde los primeros minutos de luz del alba.