Sabor y salud a un euro el kilo

Dicen que la expresión «naranjas de la China», utilizada para indicar algo difícil de creer, proviene de cuando las naranjas dulces eran un fruto inasequible que llegaba de Oriente. Tuvimos que esperar el aporte de la cultura árabe y su experiencia en el arte de los injertos para que las naranjas amargas fueran dulces. Lo que seguro es cierto es que una buena naranja de proximidad es como un sol de invierno revitalizador.

En el mercado de Hostafrancs, un edificio de 1888 y de estructura idéntica al de la Concepció, las naranjas son estos días la fruta con la que llenar la cesta. La parada 124, llevada por una saga que se ha mantenido desde la apertura de esta plaza, ofrece cítricos recolectados en Alcanar a un euro el kilo. Son naranjas navel, de un tamaño por encima del normal, mandarinas clementinas y pomelos, todos de cosecha propia, que incitan a practicar recetarios dulces y salados. En este mismo puesto tienen alcachofas y habas de El Prat a tres y dos euros el kilo, respectivamente. Vale la pena comprarlas, porque las heladas repercutirán en estas verduras a lo largo de la próxima semana, tanto en el precio como en calidad. Hay que guardar un secreto: en este clásico 124 pelan las habas gratuitamente.

En la parada 109 de José Antonio Madrid Barcelona -unos apellidos que suenan a final de Copa de Europa-, tanto el pollo como el conejo mantienen un precio que se ha estabilizado a 3,80 euros el primero y a 6,90 euros kilo, el gazapo. Muy sugerentes, con buenas carnes, las codornices son de una reputada granja de Juneda. Una codorniz rellena y envuelta en pasta brik, dorada, es una tentación sabrosa y económica, dado que cada pieza cuesta 1,60 euros.

Veamos el corro del pescado, donde hay de todo, con ofertas de boquerones a 7,50 euros y palangres que se sitúan sobre los 9,90 euros el kilo. Los pescados low cost, como las mairas, están a 6,90 euros y el apetitoso lluçet de bou, a 10,90 euros el kilo, mientras que Peixos Marti, en el puesto número 203, vende tentadoras gambas a 34 euros el kilo, un buen precio si recordamos cómo cotiza la gamba.

Ahora que se escribe sobre la teoría y práctica del bocata es el momento de encontrar embutidos con pedigrí como los que vende Rosa en la parada 207. Atención a sus butifarras elaboradas en Can Cruells, en Alpens. Cuestan 9,50 euros la blanca, 8,70 la negra y 11,50 la de huevo, mientras que un bull importante vale 10,90 euros el kilo. La cruda está por debajo de 10 euros el kilo y evoca las primeras calçotades al frío del invierno. Por cierto, el calçot esta a 19 céntimos la unidad.