LUCHA CONTRA LA DICTADURA

Cuarenta años de los grises en Sol

Aniversario del concierto de Raimon en las fiestas de Gràcia que acabó con 27 detenidos por vender 'senyeres' con la petición 'Pena de mort no'

Cartel concierto Raimon en Gràcia en 1975

Cartel concierto Raimon en Gràcia en 1975 / periodico

HELENA LÓPEZ / BARCELONA

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El recital se saldó -no sería correcto decir que acabó, ya que una de las gracias es que, pese a todo, el 'show' continuó- con 27 detenidos. Un total de 18 chicos y 9 chicas. Concha Tomàs era una de ellas. "Yo no estaba dentro, estaba en uno de los callejones que dan a Torrent de l'Olla. Cuando nos pusieron contra la pared tuve miedo al interrogatorio, por no involucrar a otras personas, pero por suerte, a mí no me preguntaron nada. Si eras joven y estabas en un concierto de Raimon ya eras culpable", recuerda la mujer.

Se refiere al recital ofrecido por el cantautor de Xàtiva hace 40 años, el 20 de agosto de 1975, justo tres meses antes de la muerte del dictador.

Concha Tomàs vivía en el Carmel y bajó a las fiestas de Gràcia con algunos compañeros de la asociación de vecinos. "En aquel contexto, para nosotros, un concierto de Raimon era lo máximo, no sabría con qué compararlo", sentencia la mujer, quien pasó aquella noche en la comisaría de la Via Laietana.

"Formaba parte de la Internacional Revolucionaria de la Juventud. La mayoría de los jóvenes que estábamos allí éramos gente organizada. Las detenciones donde yo estaba empezaron porque unos chicos repartían propaganda", apunta Tomàs, para quien aquella noche en los más célebres calabozos de la Barcelona más gris fue su primera y última detención. Tenía 17 años y el franquismo agonizaba en la cama.

Fusilamientos

El quiosquero Jordi Muñoz tenía entonces la misma edad que Tomàs. Él tiene más detalles de lo sucedido aquella noche. Era miembro de la Joven Guardia Roja. "Iban a fusilar a gente del FRAP y de ETA y decidimos hacer unas banderolas en las que ponía 'Pena de mort no' y venderlas en el concierto", relata el hombre.

"Sabíamos que era ilegal, porque además lo pusimos con rotulador encima de trozos de 'senyera', pero éramos jóvenes e inconscientes", prosigue. Unos policías de la secreta cogieron a uno de los chicos vendiendo las banderolas y lo encerraron en un local. Ahí se desató todo. Al conocer la detención de su compañero el resto de jóvenes fueron en su búsqueda, y llegaron refuerzos policiales.

"Intentamos entrar donde estaba nuestro compañero detenido y empezaron a disparar. Me hirieron en un pie y a un amigo en el muslo", cuenta. "No nos detuvieron porque, heridos, huimos, pero nos estuvieron buscando durante horas por todo Gràcia. Buscaban a dos chicos con barba y camisa de cuadros", continúa, descripción a partir de la que hoy sería casi imposible encontrar a alguien en el barrio más 'hipster' de la ciudad. Entonces tampoco lo lograron, pero durante la búsqueda se llevaron por delante a otros 27 jóvenes, uno de los cuales pasó tres meses en la Modelo, el tiempo que tardó el dictador en morir.

Repertorio comprometido

Desde el Taller d'Història de Gràcia han documentado que  en el concierto, en el que, pese a la censura de la época, Raimon repasó su repertorio más comprometido, había 2.500 personas dentro, y otras 2.000 que lo seguían desde la calle. Entre ellos estaba el antropólogo Manuel Delgado, ahora metido a candidato. Cosas del 'procés'.

Cuatro décadas después, otra vez este 20 de agosto por la noche, la plaza del Sol vuelve a vivir un concierto en el penúltimo día de las fiestas de Gràcia. Ahora, en un clima más tranquilo, es el turno de la rumba de La Troba de Kung-Fú y su Galàctic Mariatxis Tour.