HOJA DE RUTA HASTA EL 2016

Pulso por el plan de drogas

Trias retira a última hora el texto del pleno de mañana por las críticas de la oposición

ROSA MARI SANZ
BARCELONA

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El mayor consenso posible. Es la máxima que se ha buscado siempre a la hora de elaborar en Barcelona un plan de drogas, y es lo que parecía tener hasta ayer el texto que debe de guiar las políticas en esta materia hasta el 2016, y que estaba previsto presentarse en el pleno de mañana. Pero a raíz del anuncio unilateral del PP de que incluía el cierre de la narcosala de Ciutat Vella Baluard, lo que enervó a la oposición, el alcalde Xavier Trias decidió a última hora retirarlo de la orden del día y posponerlo hasta septiembre, con las aguas más calmadas y en un intento de reconstruir el acuerdo. Lo hizo horas después de que la presidenta de la Agencia de Salud Pública de Barcelona (ASPB), Cristina Iniesta, presentara con pocas concreciones y muchas ambigüedades las líneas de actuación sobre las que han trabajado los grupos, técnicos y entidades.

Uno de los puntos tradicionalmente conflictivos en los planes de drogas es el que tiene que ver con las salas de venopunción, donde se ofrece al toxicómano un lugar donde pincharse bajo supervisión sanitaria. Esta vez no es una excepción. La polémica surgió cuando el PP avanzó el fin de semana el cierre de Baluard, que confirmó ayer Iniesta. La responsable de salud puntualizó que el servicio que ofrece será trasladado y absorbido por otro centro del mismo distrito cuya ubicación se ha de definir, y que será antes de acabar el mandato. Esta decisión, según dijo ayer Isabel Ribas, representante de ICV-EUIA en el grupo político de drogas, «dinamita de manera irresponsable el consenso construido alrededor del plan», por lo que pidió a Trias que mostrara «de forma nítida, pública e inequívoca que no cerrará la sala». La respuesta, poco después, fue la retirada del plan del pleno.

El texto de la discordia, que incluye la apertura de narcosalas en Nou Barris y Gràcia, pone el acento en nuevas problemáticas. Porque a las principales preocupaciones de los responsables de salud en cuanto a drogas se refiere, el alcohol y el consumo decannabispor parte de adolescentes y jóvenes, se suma ahora el uso excesivo de psicofármacos, que entre mujeres de 35 a 64 años llega hasta el 20% (en hombres, el 10%), según los último datos. O sea, dos de cada 10 barcelonesas de esa franja toman tranquilizantes, sedantes o somníferos. Algo que tiene mucho que ver, como publicó ayer este diario, con un incremento de las depresiones por causas como el paro y los desahucios. Con la crisis, en definitiva.

AYUDA A LAS MUERES / Debido a esto, el plan pone el acento en las medicinas para las emociones y tiene entre sus objetivos, según Iniesta, el promover «una adecuada prescripción de benzodiacepinas y abordar los problemas por otras vías», con especial énfasis en el caso de las mujeres. Y es que son ellas, dijo, las que más tardan en pedir ayuda ante una adicción, motivo por el cual se prevé habilitar un piso para víctimas de violencia doméstica que a su vez tienen problemas de drogas.