Atracción emblemática

El primer simulador de vuelo del mundo

El Avión del Tibidabo es una reproducción del primer aparato que voló en el Estado y desde 1928 ha recorrido el equivalente a 15 vueltas al mundo

EL PERIÓDICO / Barcelona

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

El Avión del Tibidabo es una de las atracciones más emblemáticas del parque de atracciones y una de las que mejor refleja la época en que fue fundado, un momento en que la ingeniería maravillaba y la conquista del cielo constituía una de las vanguardias.

Se inauguró el 23 de septiembre de 1928, justo un día antes de las fiestas de la Mercè, y el evento se convirtió en una primicia: tan sólo unos meses antes un avión prácticamente idéntico había estrenado el puente aéreo entre el Aeropuerto de El Prat y el de Carabanchel, en Madrid.

Tal y como explica Marià Hispano, archivero del Tibidabo, "es el primer simulador de vuelo del mundo, porque el Doctor Salvador Andreu convirtió una reproducción casi exacta de un avión real en una atracción".

El objetivo era que la ciudadanía pudiera disfrutar de un viaje que en aquella época hacía muy poca gente y, de hecho, "cuando alguien subía al Avión del Tibidabo lo contaba como una experiencia vivencial auténtica". La sensación de los adultos de la época era increíble si se mira desde la perspectiva actual, porque, a pesar de que la atracción se sujeta a una grúa, la publicidad debía recalcar con fuerza la seguridad del aparato.

Un viaje al pasado

La impresión que genera en la actualidad es otra, pero también está presente. "Lo primero que sorprende hoy en día es la fragilidad, porque es un espacio contradictorio: es un contexto de aviación, pero es acogedor, recuerda a un hogar", argumenta Hispano.

La distribución es como la de una casa, con un lugar para guardar las maletas en la entrada, un baño como el que en aquella época tenían muchas viviendas y a continuación el salón, donde diez pasajeros se sentaban en asientos de piel y al borde unas ventanas de madera.

"Este aspecto es el que le da toda la magia pero también sorprende que un aparato igual pudiera ir de Barcelona a Madrid, y realmente no hubo accidentes, por lo tanto fue un avión muy seguro", recalca.

A lo largo de los años, muchas generaciones de barceloneses han disfrutado de la experiencia y han hecho de este peculiar avión uno de los más "viajados" del mundo. Desde 1928, ha recorrido una distancia equivalente a 15 vueltas del mundo o 8.000 viajes Barcelona-Madrid, toda una proeza si tenemos en cuenta que nunca ha abandonado su situación privilegiada, 500 metros por encima del parque de atracciones más antiguo de la ciudad.