Pomés: "Se está perdiendo la magia de la fotografía"

La Galeria dels Àngels acoge 'Solitudes', una retrospectiva de imágenes de los años 50 a 70

CRISTINA SAVALL / BARCELONA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Leopoldo Pomés (Barcelona, 1931) es un creador de símbolos que acaban convirtiéndose en iconos de una época. El fotógrafo propone un viaje visual a través de tonalidades negras y grises, imágenes captadas entre los años 50 a los 70, cuando una exposición suya provocaba gran revuelo. La Galeria dels Àngels exhibe, hasta el 20 de enero y bajo el título deSolitudes, esta retrospectiva de 28 encuadres que, según él, transmiten tensión."Esconden historias".

Pomés, conocido como realizador de los anuncios de Freixenet, asegura que nunca se había imaginado que la fotografía alcanzara cifras astronómicas en el mercado del arte. Una de sus reproducciones no se vende por menos de 1.200 euros."Guardo todo. Incluso las primeras fotos, que ahora tienen un valor que nunca me hubiera podido imaginar. Ese auge solo está empezando, porque en Alemania e Inglaterra hace años que se ha abierto un mercado millonario y esto, claro, a los fotógrafos nos abre un panorama de esperanzas".

Pomés matiza que no es coleccionista."No tengo esa disposición freudiana".Simplemente acumula objetos que para él tienen algo especial. Desde las primeras cartas que se escribía con su padre a objetos de mal gusto. Elkitschle fascina."Conservo una virgen llena de lucecitas y una muñeca que baila cuando chasqueas los dedos".Uno de sus tesoros es una herramienta de hierro que, según él, podría ser un Chillida."Es una especie de llave inglesa primitiva, que me siento incapaz de tirar a pesar de que nunca llegará a tener ningún valor".No esconde su fetichismo, sobre todo, por los tacones. Un catálogo suyo lleva por título95 fotografías y 5 zapatos.

Lo que diferenciaSolitudesde otras retrospectivas es que ninguna de las imágenes seleccionadas por la Galeria dels Àngels son de encargo."He trabajado mucho por petición de otros. El encargo, para mí, era mancillar. Pero el gran crítico de arte Cirici Pellicer me hizo cambiar de opinión. En cierta manera es una creación mucho más difícil, sobre todo, hacerla con dignidad"

Una de sus primeras fotografías de gran formato se la encargó a finales de los 50 el propietario de unself-service. Recuerda que fue el primero en Barcelona. Estaba en la plaza Reial y se llamaba Tobogán."Se me ocurrió componer un puzzle con cabezas de chica, manos y hombros. Lo recorte todo, entonces no había fotoshop ni nada de todo esto. A todo el mundo le encantó menos a la censura. Lo vieron como algo pornográfico".Esta obra, muy a su pesar, no la conserva."Fue demencial. La llegaron a destruir. Primero hubo un aviso, no le hicimos caso y al cabo de siete días se presentó allí una pareja de policías con un notario e levantaron acta de que la fotografía se destruía".Todavía le duele.

Ahora, según él, hace lo que quiere y sigue fotografiando. No rehúsa las nuevas técnicas digitales, aunque advierte que la intrusión de la informática en la fotografía lo que más provoca es distracción."Ayuda y a la vez perjudica".Para él, las herramientas son vitales pero no pueden eclipsar al artista."A veces me pregunto qué haría Man Ray ahora que ,'pum', con solo apretar un botón lo ves todo enseguida. Esta facilidad también es peligrosa, es una cuestión ambigua porque la magia está desapareciendo".

Aún así, Pomés reconoce que ha hecho fotos digitales que no varían demasiado de si las hubiera hecho con una de sus antiguas cámaras."La pongo en el ordenador y juego a ver qué pasa: si la hago más gris, si la corto por aquí, si le doy más contraste. Esto es muy potente, pero aquella responsabilidad, casi sagrada, que te da enfrentarte a una imagen que solo la puedes poseer en aquel instante es algo que se está perdiendo".