"¡Qué orgullosa me siento!"

Dolors Miquel guarda silencio tras su sacrílega intervención, salvo por dos frases colgadas en Facebook

CARLES COLS / BARCELONA

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“¡Qué orgullosa me siento! ¡Si lo hubieran podido ver mi padre y mi madre!”. La poetisa Dolors Miquel ha publicado en su muro de Facebook solo esas dos frases en mitad del tormentón que ha causado el sacrílego poema que recitó durante la entrega de los premios Ciutat de Barcelona el lunes por la noche en el Saló de Cent. Su actuación, como ya es sabido, tuvo el plus teatral que aportó el concejal del PP Alberto Fernández Díaz, que se levantó ofendido y se fue. No en vano, bajo esas dos frases en las que expresa su satisfacción, Miquel añade la noticia periodística del gesto indignado del concejal conservador, así que, en cierto modo, queda la duda de si está orgullosa de la espantá de Fernández Díaz o del eco que ha logrado su verso, aplaudido entusiastamente por unos y vilipendiado por otros. Lo podría aclarar la propia poetisa, pero al parecer ha decidido no responder ni al teléfono ni al correo electrónico.

No era esta la primera presencia de Dolors Miquel (Lleida, 18 de julio de 1960) en el Saló de Cent con motivo de una ceremonia de los galardones Ciutat de Barcelona. Fue una de las premiadas en el año 2004, en la categoría de literatura catalana. Recogió la distinción en el acto oficial, ya en febrero del 2005, y tomó también la palabra, pero entonces dedicó ese altavoz público para comunicar a los presentes la muerte aquel mismo día de uno de sus referentes. “Ha pasado algo terrible para las letras catalanas, ha muerto Miquel Bauçà, el mejor poeta de Catalunya”.

{"zeta-legacy-destacado":{"strong":"'Mare nostre' lo public\u00f3","text":"'Mare nostre' lo public\u00f3\u00a0en el 2006, junto a otro poema no menos irreverente, 'Primera homilia: dels cretins'"}}

Cabe suponer que fue en aquel mismo 2005 (la imprecisión en el dato es solo achacable al silencio que se ha autoimpuesto la autora) cuando Miquel tenía entre manos la preparación del ‘Mare nostra’ que el lunes no dejó indiferente a nadie, porque es uno de los poemas incluidos en el libro que Edicions 62 le publicó en el 2006, Missa pagesa.  En aquel poemario , esa reconversión del padre nuestro cristiano en una suerte de andanada feminista no es el único texto irreverente. Despunta ahí otro, ‘Primera homilia: dels cretins’, ese es el título, cuyos primeras líneas subrayan de un modo inequívoco que en la decisión del Ayuntamiento de Barcelona de recurrir a Miquel para teatralizar la entrega de premios no se puede alegar desconocimiento de lo que podía llegar a suceder. “Oh estimats creients! / Els pútrids escapçats de la Norma, / bueno, pus, això: cabronets immunds, / tòtils llepaculs i empassahotot, / nyonyetes pansits, floretes de gerro, / gossets espigolaires, llepapoderosos, …”.

El ánimo anticlerical, pues, le viene de lejos a Miquel, pero ha sido el eco del Saló de Cent el que la ha descubierto para los que desde el lunes son sus detractores. Sus partidarios han salido de inmediato en defensa de su libertad de expresión, muchos de ellos, ellas en su mayoría, con el argumento de que la Iglesia es la menos indicada para censurar el 'Mare nostre' visto el papel secundario al que la curia eclesial ha relegado a la mujer a lo largo de la historia. Otra cuestión es, no obstante, que las críticas no iban dirigidas solo contra la poetisa. Lo sucedido, puestas al trasluz las redes sociales y el acalorado choque de pareceres allí registrado, ha quedado anotado en el balance de polémicas tal vez innecesarias de Ada Colau como alcadesa, muy al estilo de las que con más frecuencia suelen cercar a su colega de Madrid, Manuela Carmena.

En cualquier caso, el ruido que este tipo de controversias suelen generar en la capital suelen ser mucho más estridentes que en Barcelona.