a pie de calle

El poeta que llevaba delantal

Interior de la pastelería Foix de Sarrià, en la calle Major de Sarrià, ayer, donde trabajó el poeta desaparecido.

Interior de la pastelería Foix de Sarrià, en la calle Major de Sarrià, ayer, donde trabajó el poeta desaparecido.

JOAN BARRIL

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La profesión de poeta no puede decirse que haya sido nunca una profesión. Todo lo másRubén Darío, oFedericoo algunos poetas cortesanos que dependían de algún mecenas deseoso de que alguien les halagara los oídos. Hoy los poetas lo son a tiempo parcial. El granJoan Margarites arquitecto,Salvat Papasseittuvo que guardar madera en los muelles, Paolo Contedebería estar ejerciendo de abogado yDavid Joupodría regresar al estudio de la física. Los poetas son profesionales de fin de semana, y solo la jubilación ennoblece su arte y permite que sus obras lleguen hasta nosotros.

Ayer dirigí mis pasos al Parnaso de Sarrià para rendir homenaje a un poeta peculiar que nos dejó hace 25 años. Poeta poliédrico en una fecha redonda que pasará a la historia de la gente común como un artesano pastelero. La poesía es dulce, pero también es una manera de ensayar los placeres de las letras. Esta semana se hubieran debido conmemorar los 25 años del poetaJ. V. Foix, ese personaje al que no le caían los diccionarios a la hora de acuñar neologismos, que eso en catalán es una heroicidad teñida de traición.

Foix-que algunos críticos analfabetos de la meseta pronunciaban "fuà", como si se tratara de un pato- está presente en todo Sarrià. Sus herederos han tenido a bien recordar ese carácter sarrianense del poeta. En la plaza grande de ese barrio, justo en la acera que viene de la vecina Bonanova, los escaparates del Foix de Sarrià son una muestra de la glucemia de la burguesía menestral barcelonesa.

No hay nadie en la tienda, porque es lunes y ese es un mal día para el rosco y lasara. Para tentar a los pocos viandantes, Foix de Sarrià ofrece suspetxinesde chocolate. Y uno recuerda los versos del poeta enÉs quan dormo que hi veig clar. El poeta nos cuenta que está «foll d'una dolça metzina / amb perles a cada mà / visc al cor d'una petxina». O sea que laspetxinesde Foix de Sarrià son en realidad los apartamentos en los que el poeta forjaba sus palabras nacarinas.

La pastelería, fundada por los padres del poeta, busca clientela para muchos años. No en vano Foix se fundó en 1886. Para garantizar la continuidad de la clientela la puerta de entrada recuerda que en aquel establecimiento los perros y los fumadores no son queridos, pero se muestran entusiasmados por las familias numerosas e incluso por las familias monoparentales.

El mejor homenaje

 Hacen bien, porque Sarrià, tal vez por la luz tangente e invernal que cae sobre las cabezas de los transeúntes, demuestra una población entrada en años. Todo lo contrario de lo que ocurre en Gràcia, donde la juventud local que vive en el barrio y la que va allí de visita ha tomado las plazas. En la calle Major de Sarrià al llegar a la esquina con la calle del Pedró de la Creu se encuentra otro Foix. Y un poco más abajo, Foix se convierte además en El coc de Sarrià, una tienda de platos cocinados y otras delicadezas para recordarnos que el espíritu poético no está reñido con la materia.

Aprovechando el leve calorcillo me siento junto a un jubilado. Le pregunto qué le parece que nadie haya pensado enFoixpara homenajearle. Me dice: «Mire usted:Foixya no escribirá ningún poema más. En cambio cada día se han de hacer pasteles para venderlos. Ese es el mejor homenaje que aFoixle hubiera gustado ver».

Hoy es el día de llamar a la puerta de todas las conchas por si aparece un poeta con su delantal de crema puesto.