"Ya no me molestan las bromitas sobre Pedralbes"

A sus 70 años, a Lluís Sanglas no le afectan las recurrentes bromitas sobre Pedralbes. "Ya no me molestan, y la verdad, me parece que reflejan el desconocimiento que la gente tiene de nuestro barrio". Como residente del vecindario más pudiente de Barcelona admite que el ayuntamiento debe priorizar las zonas "más vulnerables". "Entiendo que los recursos vayan a otros lugares con más necesidades".

Lluís no ha estado nunca en Ciutat Meridiana. Como mucho, dice, ha pasado por la avenida que da nombre al barrio más empobrecido de la capital catalana. "No hay duda de que la vida ahí debe ser mucho más complicada". Sí sabe que Pedralbes tiene una renta familiar siete veces superior a la de Nou Barris, un dato que le parece "grave e inquietante". Por eso reclama al gobierno local "medidas de choque". "A menudo se usa la ciudad para hacer política cuando la política debería usarse para hacer ciudad", se queja.

SEGUNDAS RESIDENCIAS

El informe sobre renta familiar disponible que elabora anualmente el ayuntamiento, sin embargo, no entra en las peculiaridades de cada barrio. Pedralbes, cuenta Sanglas, tiene carencias en equipamientos. Sin biblioteca, apenas sin instalaciones deportivas al margen de las que brindan las muchas escuelas. Sin mercado y con un tejido comercial muy reducido. "A veces da la sensación de ser un barrio dormitorio, también porque son muchos los que el fin de semana lo pasan fuera de Barcelona". Por todo ello, admite Sanglas, que es miembro de la asociación de vecinos de Pedralbes, aquí "se echa de menos cohesión social y espíritu de barrio". 

A este ingeniero químico jubilado no le importan las bromas pero no le gusta que todos crean que los vecinos de Pedralbes son millonarios. Los hay, sobre todo en la zona norte, en el entorno de la avenida Pearson, donde al parecer, el propietario del RCD Espanyol, Chen Yansheng, ha adquirido una mansión, junto al IESE. "Pero es mucho más caro vivir en el paseo de Gràcia o en Diagonal Mar que en según qué calles de nuestro barrio", recuerda. También advierte sobre las personas mayores que no pueden permitirse quedarse. "Muchos venden su piso a extranjeros y se marchan más al centro, donde tienen más servicios y la vida es más asequible".