BARCELONEANDO

La japonesa que come por 12

Tiene tamaño colegiala, pero se zampó en un día cuatro arroces para tres personas. 12 raciones en total. Se llama Moeazu: en Japón es la reina de los concursos de comida XXL

ANA SÁNCHEZ / BARCELONA

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Solo de verla, te entran ganas de salir corriendo a por tres cajas de Almax. Una japonesa tamaño colegiala –dos coletas incluidas- come a cucharadas directamente de la cazuela frente a una cámara de televisión. Ha pedido arroz de bogavante con trompetas de la muerte. “¡Para tres personas!”, juran los propietarios de <strong>La Mar Salada</strong>, Marta Cid y Albert Enrich. Se lo zampa ella solita en apenas media hora. Toda la terraza aplaude con la boca abierta –“¡increíble!”- como si estuvieran en un ‘show’ de magia. Y eso que ninguno sabe que no hace ni dos horas que se comió otro arroz para tres. La japonesa enseña la cazuela sin un grano a su improvisado público con mantel. En cuanto dejan de filmarla, se va a la heladería de al lado a por un batido.

Moeazu, se llama. Si se teclea su nombre en <strong>Google</strong>, aparecerá con los carrillos llenos delante de algún plato XXL digno de un banquete de Obelix<strong>Chicote </strong>alucinaría pepinillos. Hasta se la puede ver comiendo una hamburguesa de 5 kilos. Tres minutos ojeando vídeos y apostarías por ella si concursara con Homer Simpson zampando rosquillas. En directo, asiente con sonrisa asiática. Ji ji ji. Enumera sus gastrogestas con deje rutinario: se ha comido de una tacada 200 nigiris, dice, y 20 bols de ramen. Ji ji ji. ¿En Japón uno se puede ganar la vida comiendo? “Sí”, asiente. Hace años que se replican los concursos donde chicas menudas comen raciones tamaño récord Guinness.

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“Hace tres años que es campeona”, traduce lo que dice en japonés Tereza Ae, que es quien ejerce de guía de la expedición televisiva. Lleva viviendo en Barcelona 20 años. Acompaña a Moeazu y a un equipo de una televisión japonesa de restaurante en restaurante. Han venido a grabar un programa especial sobre paellas. No es un concurso, explica. “Lo importante no es el tiempo que tarda en comer, sino que se lo coma todo”. Igual que delante de una madre. Así terminó engullendo 11 paellas para 2-3 personas en 3 días.

"¡HASTA SE HA COMIDO EL LIMÓN!"

Una de la tarde. La comitiva empezó en el restaurante de los Messi: <strong>Bellavista del Jardín del Norte</strong>. Los chefs acabaron saliendo a ver a esta estrella del saque. Imposible no fijarte en ella: camisa amarrilla chillón, pañuelo rojo al cuello a lo 'scout'. Nadie lo diría, pero tiene 29 años. Aparenta 10 menos. Dejó a todos “im-pre-sio-na-dos”. Se comió en una hora un 'arròs del senyoret' para tres personas. “¡Pero si está delgada!”. Es lo que murmura todo el que la ve comiendo. Apenas mide 1,60.

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De ahí, a la Barceloneta: otro arroz para tres en La Mar Salada y un batido para bajarlo. Y aún quedan otros dos que engullir antes de dormir. La comitiva llega a las cinco al restaurante <strong>Port Vell</strong>. Paella de marisco para tres, con su 'allioli'. “Y no hacemos raciones pequeñas”, asegura Carmen, la dueña. “Increíble", resumió su hijo, Antoine, cuando se fueron. “No ha dejado ni un grano. ¡Hasta se ha comido el limón!”. La japonesa se ganó otro aplauso de la terraza.

¿Pero qué? Tereza no se lo puede creer. Tras la tercera paella, Moeazu se va a por dos bolas de helado. “¡Increíble!”, dice. Es la palabra más repetida a su paso.

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Y llegan al cuarto restaurante del día: <strong>La Canasta</strong>, en Castelldefels. Son ya las ocho. Hora de cenar. Piden arroz negro. También para tres, también con 'allioli'. Ya no te atreverías a decirle “que aproveche”. “No he visto nada parecido en mi vida”, promete el dueño, Miguel Yepes. “Y he visto de todo”. Es que después de vaciar el recipiente, le acercaron el carro de postres. Aún le quedaba un huequecillo tras la cuarta paella (12 raciones en total). Parecía un ‘sketch’ de los Monty Python: el del <strong>señor Creosota</strong>, el glotón de ‘<strong>El sentido de la vida</strong>’ que abultaba como 10 Moeazus. Terminaba reventando por culpa de una última chocolatina. La japonesa también pidió postre: pudin de coco. ¡4 raciones!     

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La ruta de empacho continuó al día siguiente en el <strong>Botafumeiro</strong>. Pero antes, un buen desayuno para coger fuerzas. Sí, sí, Moeazu “desayuna un montón”, jura Tereza, que la ha visto: “4 o 5 cruasanes, mucha fruta, leche, jamón…”. Después, una 'fideuà' de tres raciones. “En nuestro caso, son más grandes de lo habitual”, dan fe desde el Botafumeiro. Después, a Valencia: allí Moeazu terminó su primera visita a España comiendo una paella más ese día, otras cinco al día siguiente. ¿Que dónde mete la comida? Ella se ríe: “Tengo otra persona en mi estómago”.