Pianos en la calle

Las actividades paralelas del concurso Maria Canals acercan el rey de los instrumentos al ciudadano

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MARTA CERVERA / BARCELONA

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Como si fuera Hollywood, una alfombra roja se extiende en el desgastado suelo de la plaza Reial. Sobre ella luce un maravilloso piano de cola. "¿Es el día de la música?”, se preguntaban este viernes unos paseantes soprendidos. "No. Es el concurso Maria Canals", les explica una señora sentada en una de las sillas de plástico habilitadas para disfrutar del espectáculo. Contar con asientos es todo un detalle teniendo en cuenta que en la plaza Reial las únicas sillas disponibles son de pago. Están en las de las terrazas de los bares y restaurantes que rodean el espacio público.

El sol y el viento acompañaron las primeras interpretaciones del día ejecutadas por un sólido pianista, Lorien Santana. Vestido con traje negro y zapatos a tono, empezó su recital con aplomo. Incluso gente que pasaba en bici paraba y sacaba el móvil para grabar el inesperado concierto. La sorpresa aumentó cuando dos cantantes líricos se sumaron desde los balcones de un edificio de la plaza interpretando 'O sole mio'. El tema, muy acorde con la radiante mañana, acabó con una sentida ovación.

BRINDIS A RITMO DE 'TRAVIATA'

Niños, abuelas y turistas siguieron la maratón de piano. Tras la inauguración de Lorien y los cantantes Beatrice Jiménez y Albert Deprius, que acabaron su actuación com el famoso brindis de 'La traviata', de Verdi, los estudiantes de música tomaron el relevo. Hasta las ocho de la noche, diferentes intérpretes de conservatorios fueron dejando patente su pasión por el piano en la ciudad donde nació la pianista y pedagoga Maria Canals (1914-2010), que impulsó su primer concurso internacional hace 62 años.

"El ambiente que te rodea cuando tocas en plena calle te inspira", explica Paula, 19 años, que alterna sus estudios musicales en el conservatorio del Bruc con la carrera de Medicina. "No hay nada comparable con el contacto directo y espontáneo que surge entre quienes te escuchan en la plaza Real o junto a la Pedrera, donde toqué el año pasado", asegura esta ardiente defensora del esta sección 'off' del concurso. La idea de acercar físicamente el piano a los ciudadanos culmina este sábado en el paseo de Gràcia. En casi cada esquina se instalarán pianos para animar a tocar a quien sea, independientemente de sus conocimientos musicales. 

RECITALES EN EL PASEO DE GRÀCIA

Desde hace algunos años y ante la pérdida de protagonismo de la música en los estudios reglados, el concurso Maria Canals da protagonismo al piano llevándolo a la calle y a algunas estaciones de metro. Estos días y hasta el 17 de marzo el intercambiador de Diagonal contará con un piano de cola a disposición de los ciudadanos durante todo el día, excepto a las 16.00 horas, hora reservada a los alumnos del Conservatori Superior del Liceu. También el Born Centre Cultural y la plaza Pastrana de Horta-Guniardó dispondrán de un piano de cola este domingo. El lunes se instalarán en la Pedrera y el Palau Robert.  

Volviendo a la maratón, el público disfrutó con las interpretaciones. Las primeras horas permitieron descubrir al compositor barcelonés Josep Cercós, cuya viuda estaba sentada en primera fila observando el interés que las obras de su difunto marido despertaban. Después el repertorio alternó entre clásico, romántico y contemporáneo.

Cincuenta y cinco pianistas de 22 países participan en la 62ª edición del concurso Maria Canals. La mayoría de participantes proceden de Asia. Hay una docena de japoneses y solo dos candidatos españoles, ambos catalanes. Este sábado empiezan las primeras pruebas preliminares de la competición, abiertas al público en el Petit Palau, la sala subterránea del Palau de la Música.

Los finalistas se verán las caras el día 17 en un concierto donde tocarán con la Jove Orquestra Nacional de Catalunya en el Palau de la Música. A parte del jurado, el público también tendrá voz y voto pues entregará su propio premio. Los días previos a la final tendrán oportunidades de sobra para afinar el oído.