"La mafia que okupa los pisos quiere echarnos a todos"

Los vecinos 'legales' del bloque de la Ciutat de la Justícia denuncia que su día a día en la finca es un calvario

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DAVID GARCÍA / L'HOSPITALET DE LLOBREGAT

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"Yo en el patio de luces no puedo tender nada porque tiran hasta pañales sucios", señala Clara M., nombre ficticio de una de las vecinas 'legales' del bloque de la Ciutat de la Justícia que tiene casi la mitad de los pisos okupados. Los inquilinos que consiguieron acceder a la promoción de vivienda protegida en el número 4A de la calle Victoria Kent viven un calvario diario. Si bien casi la mitad de los pisos están ocupados de patada, "el problema de convivencia no lo tenemos con las personas que pagan un alquiler subrogado irregular", explica. "El conflicto está con los del tercero, 'el Bronx'", enfatiza otra inquilina legal a la que llamaremos Fátima S.

Fátima S. accedió a la promoción para gente joven de la flamante Ciutat de la Justícia en el 2011. Y desde el primer día que entró, ya tenía dos puertas en su rellano con la cerradura cambiada. Según rememora, el punto de inflexión en la dinámica de las ocupaciones llegó por vía de un encontronazo entre sus 'gestores', esto es, la supuesta banda organizada que trafica con los pisos. "Hubo movidas muy gordas", con "incendios" incluidos, recuerda Carmen L., otra de las residentes legales. Aunque, cuenta, los del tercero no les amenazan a diario, "sí que nos coaccionan degradando los espacios comunes", comenta.

¿FALTA DE CIVISMO O 'MOBBING'?

El olor a orín de los canes que habitan la escalera es evidente. Clara M. asegura que los dejan sueltos y luego no limpian sus necesidades. Un paseo por los rellanos es suficiente para constatar su relato. Suelos manchados, paredes rotas y cerraduras cambiadas. "Incluso nos han robado lo que teníamos en algunos trasteros y ahora se los han hecho suyos", comenta otra vecina. La puerta todavía tiene las marcas de la palanca.

Si bien los vecinos tienen muy claro que se trata de una banda organizada, desde Habitatge señalan que este extremo se tiene que "comprobar". De todas formas, las fuentes del organismo dependiente de la Generalitat "suponen" que los Mossos d'Esquadra están al corriente del asunto. ¿Es así? Más bien, no. Las fuentes policiales consultadas apuntan a que "no hay ninguna investigación abierta por grupo organizado que se dedique a reventar cerraduras".

"O lo denuncia alguien, o actuamos de oficio si lo detectamos, pero la policía no es dios para saber lo que pasa en todas partes", señalan desde el cuerpo policial. Una consideración que Carmen L., encuentra algo contradictoria: "Los Mossos nos dicen que no saben nada, pero estamos cansados de verlos por aquí llevándoles incidencias".

UNA COMUNIDAD BAJO PRESIÓN

"Lo que quieren esta mafia es que nos vayamos todos; contra más pisos controlen ellos, mejor", opina Clara M. "Es muy evidente: a una vecina le han rajado el asiento de la moto, a mí me han destrozado unas cuantas veces el buzón y si te encaras con ellos es todavía peor", señala Fátima S., quien declina la posibilidad de denunciarles. "Ya no pongo más denuncias, porque después en el juicio ven quién eres", explica. En el caso de las denuncias presentadas ante el Síndic de Greuges, aún esperan alguna acción. "Estamos impotentes", coinciden todos ellos.

Una cuarta vecina que prefiere dar su versión lejos del edificio, para que determinados vecinos irregulares no vean a la prensa entrando en su casa, explica que "contra una banda así, nosotros solos no podemos hacer nada". Su actitud es "de ir ganando terreno", considera. "Y cuando nos encaramos, nos amenazan diciendo que, o bien van a ocupar nuestras casas, o bien nos van a llenar la escalera de adictos a las drogas". De hecho, este periodista ha visto artilugios para fumar cocaína o heroína entre el octavo piso y la azotea.

"Yo tengo una profesión que me permitiría irme de aquí, pero en la comunidad hay gente que no se puede marchar; si me voy, les fastidio a todos ellos, porque significa que dejo ganar terreno a los mafiosos", interpreta. "El mismo día que yo me vaya de mi vivienda, ya la habrán ocupado".