Balance de la siniestralidad en el 2011

Los accidentes bajan el 2,44% pero suben las caídas de bicis

CARLOS MÁRQUEZ DANIEL
BARCELONA

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Joaquim Forn compartió ayer una frase tan imposible como esperanzadora. «Mientras haya un muerto en accidentes de tráfico, nuestro trabajo no estará bien hecho». Es de suponer que el primer teniente de alcalde sabe cuán quimérico es su almibarado deseo, así que habrá que quedarse con la lectura entre líneas hasta deducir que el ayuntamiento tiene el tema de la seguridad vial entre sus oraciones de cabecera. Ayer se dio a conocer el balance del 2011 sobre esta materia. Hubo «moderado optimismo» y algunos síntomas de por dónde habrá que actuar en los próximos años. Según los datos recopilados por la Guardia Urbana, los accidentes cayeron durante el año pasado un 2,44%, y el número de muertos, un 20,51%. Pero ojo, la cifra de bicicletas implicadas en esos choques escaló un 26,33%.

La presentación de este informe es toda una liturgia de principios de enero. Un sesudo pero elaborado dosier acompaña una rueda de prensa en la que están el concejal de Seguridad y Movilidad y los altos mandos de la policía local. Junto a Forn se sentó Manuel Haro, responsable de la unidad de accidentes y posiblemente el hombre que más domina el asunto. En el desgranado de cifras, y dentro de lo trágico que resulta hablar de desgracias personales convertidas en dígitos, el experimentado agente destacó que el número de muertos, tras unos años especialmente crudos, ha retrocedido a niveles del año 2000. Se han producido ocho víctimas mortales menos (un total de 31), 13 de las cuales eran motoristas -cuatro menos que en el balance anterior- y otras 13, peatones -en el 2010 fueron 16-.

MISMO PROTAGONISTA / Las motos siempre han sido lo más mentado en este balance. Si se echa una ojeada al apartado de vehículos implicados, se constata que los motoristas tienen una participación en los accidentes (35,66%) superior al porcentaje de motos en el global de vehículos censados en Barcelona (29,9%). Eso, a pesar de que los siniestros de ciclomotores cayeron en el 2011 un 16,25% gracias al progresivo achicamiento de esta cilindrada desde que en el 2003 se puso en marcha el carnet B+3, permiso que puso sobre la calzada a decenas de miles de pilotos sin ninguna experiencia previa.

Como medida para intentar reducir la siniestralidad de las dos ruedas, Forn anunció, sin concretar demasiado, que el ayuntamiento estudia una fórmula para que las multas se puedan pagar, en parte, con cursos de educación vial. «El efecto pedagógico de la formación es muy importante, y la combinación con las sanciones sería lo óptimo», explicó.

Evelio Vázquez, jefe de la Urbana, aportó otra de las iniciativas que se aplicará desde ya mismo. Comprobado que muchos atropellos se producen en calles sin aparente peligro, casi peatonales, adelantó que se ha ordenado a las unidades territoriales -los distritos- que empiecen a colocar radares móviles en las zonas 30, donde es habitual que el conductor rebase este límite de velocidad.

NUEVOS PUNTOS NEGROS / En cuanto a las zonas de concentración de accidentes (cruces con más de 10 siniestros en un año), la Guardia Urbana logró eliminar 25 de los 37 en los que trabajó en el 2011. A los 12 que han quedado se han unido 26 más, así que en el 2012 deberán dirigir el foco hacia esos 38 puntos negros.