Gaudí: "No me extrañaría que la Pedrera se convirtiera en hotel"

Un libro de Isidre Puig Boada recopila pensamientos y grandes frases del célebre arquitecto

Antoni Gaudí

Antoni Gaudí / EL PERIÓDICO

CRISTINA SAVALL

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La obra modernista de Antoni Gaudí (Reus o Riudoms, 1852-Barcelona, 1926) es mundialmente conocida, pero no su ideología. El creador de la Sagrada Família apenas dejó escritos. Los pocos textos que se conservan son la memoria de la restauración del monasterio de Poblet, un dosier sobre un proyecto de farolas y una serie de notas juveniles dedicadas a ornamentación, que se conocen como el 'Dietario de Reus'. Poco más. Por ello, el arquitecto Isidre Puig Boada (Barcelona 1890-1987), que fue colaborador cercano de Gaudí, autor de varios libros dedicados a su legado y codirector de las obras de la Sagrada Familia a mediados del siglo XX, recopiló y ordenó en 1981, con 90 años, ideas, frases y comentarios que solía repetir Gaudí.

'El pensamiento de Gaudí' (Duxelm Editorial) se publicó a principios de los 80 en catalán y hasta hoy no se ha traducido al castellano. Ordenado por temáticas, Puig Boada acerca al lector al lado más íntimo de Gaudí. Aunque la mayoría de reflexiones giran sobre su legado arquitectónico. Sobre la Pedrera, el maestro explicaba que no le extrañaría que un futuro se convirtiera en un hotel, "dada la facilidad a la hora de cambiar las distribuciones y la abundancia de cámaras de higiene". Intución no le fataba. Años después la Casa Milà acogió en 1916 una pensión en varios de sus pisos. Y actualmente no hay semana que alguno de los cientos de turistas que visitan la casa museo no pregunte si alquilan habitaciones en las plantas donde todavía viven vecinos. A lo que siempre responden que no.

Sobre su manera de ser, queda claro que Gaudí es catalanista, conservador, autoritario, casto, católico y una fuente inagotable de frases cortas y contundentes: "El  miedo es la ignorancia", "todos somos tontos en muchas cosas", "la llave es paz, pero no seguridad", y "la guerra conduce a la desmoralización". También hay párrafos dedicados a la salud y al bienestar, como cuando dice que "el sol es el estimulante de la vida, no el acohol que debilita el organismo", que "las mujeres con su manía de hacer más comida de la necesaria son enemigas de una buena y larga vejez" o que se debe cuidar los pies, porque "lo aguantan todo, especialmente la cabeza". 

En el terreno de la política, Gaudí consideraba que las estetegias de los gobernantes implican una lucha de pasiones. "El político ha de tener unas cualidades esenciales: una gran pasión por la cosa pública y una gran fuerza de voluntad para contener y conducir eficazmente esta pasión; yo tengo sin duda la primera condición, pero me falta por completo la segunda".