UN COLECTIVO DE MUJERES EXTRAORDINARIAS

Las jefas del barrio

Un documental rinde un merecido homenaje a las Dones Sàvies, un grupo de mujeres mayores sin las que no se entiende la gran transformación de la zona de Sant Cosme, en El Prat

Pilares de Sant Cosme 8Antonia, Nico, María, Mercedes, Marti Cruz, Adoración, Iluminada y Emilia, el jueves pasado en su barrio.

Pilares de Sant Cosme 8Antonia, Nico, María, Mercedes, Marti Cruz, Adoración, Iluminada y Emilia, el jueves pasado en su barrio.

VÍCTOR VARGAS LLAMAS / EL PRAT

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Ni gallo pota blava, ni alcachofas. El producto con denominación de origen que mayor orgullo despierta entre la gente de Sant Cosme no está en sus granjas ni en su fecunda huerta, sino entre el enjambre de edificios de este humilde barrio de El Prat. Como cualquier tesoro que se precie, es limitado, pero vale su peso en oro. Son las Dones sàvies, 19 mujeres que por edad (de 56 a 83 años) y circunstancias bien merecerían un descanso otoñal, pero que optan por la senda opuesta. Son las más mayores y al tiempo la avanzadilla de un vecindario combativo, no se resignan al paso de los años ni transigen con los estigmas que se asocian al barrio. Este viernes fueron más protagonistas que nunca en el estreno de un documental que Sant Cosme convierte en un sentido homenaje.

Y eso que ellas son peleonas hasta para admitir ese apelativo. "En este barrio todas las mujeres somos sabias porque nunca tuvimos las cosas fáciles", dice Nico, de 77 años. María da sostén a la tesis recordando los retos que afrontaron los primeros habitantes, llegados de una emigración forzada, cuando no de asentamientos de barracas. "El barrio no estaba preparado y tuvimos que luchar para tener colegios y un ambulatorio", recuerda María. Un déficit peleado en la calle, con un sinfín de manifestaciones canalizadas por entidades vecinales, y con ellas asumiendo un protagonismo que ya no han perdido.

Por si no fuera suficiente con las dificultades del entorno y con sacar adelante a la familia, Iluminada recuerda que tampoco podían bajar la guardia fuera del barrio. "En Barcelona tuve que pararle los pies a una señora que decía que en Sant Cosme solo había chorizos", explica. "Incluso gente de El Prat no quería venir al mercadillo del barrio por miedo. Y los jóvenes no podían decir que eran de aquí en entrevistas de trabajo", dice Mercedes, de 66 años.

EXPECTACIÓN

Hasta que la lucha comenzó a surtir efecto. "Ahora vienen todos. Se instalan los Mossos, los bomberos... ¡Hasta Manu Chao!", proclama Adoración, al referirse a la presencia del cantautor en el Festival Esperanzah, uno de los escaparates de El Prat. Las Dones Sàvies colaboran en el evento preparando la comida a los artistas e impulsando el exitosoconcurso de sopas del mundo. El grupo se constituyó como un consejo consultivo del ayuntamiento, pero enseguida se vio que eran mucho más. "Aquí no se monta nada si no colaboran las sabias", dice Óscar Rando, coordinador de Grupos Asociados por el Trabajo Sociocultural (GATS), que trabaja con las activistas sénior. "Tienen mucho que ver con la transformación de Sant Cosme y con el orgullo de barrio que ahora sí se detecta", dice Rando.

Una esencia que Zeltia Outeiriño trata de reflejar en su documental (www.elmirador.org.es) . "Impresionan por su fuerza. No se creen que sean sabias porque muchas aprendieron a leer de mayores, pero saben tanto de la vida, que ¿cómo no iban a serlo?", dice la realizadora. Ellas siguen a la suya, colaborando en el banco de alimentos, mediando en conflictos, haciendo teatro... Ahí los focos son para Emilia, la starlette del grupo. "Protagonizó una obra sobre lo mal que se trata a los viejos. Y lloramos todos", dicen Antonia (56 años) y Mari Cruz (83).

También les hace reír. Lo hizo, y mucho, en un viaje inesperado del grupo a París. Ellas, tan cerca cpomo viven del aeropuerto y nunca habían subido a un avión. Ahora planifican la próxima escapada. Emilia apuesta por Amsterdam y su barrio rojo. "Quizá aprendamos algo en los escaparates", suelta, socarrona. Quizá. Lo que es seguro es que allí también encontrarán la forma de hacerse entender y dar sabios consejos. Ahí va uno de Emilia: "La vida solo tiene un secreto: echársela a la espalda".