Las casas de Ramon Casas

El terreno en el que se levantan las 41 viviendas fue heredado por el pintor en 1912, y fue su hermana la encargada de construirlas El espacio formaba parte de la masía de Can Garrigó

El origen 8 Imagen del lugar tomada en 1929 en el que se ven las primeras casas, en Escòcia, terminadas, y la segunda fase, en construcción.

El origen 8 Imagen del lugar tomada en 1929 en el que se ven las primeras casas, en Escòcia, terminadas, y la segunda fase, en construcción.

HELENA LÓPEZ / BARCELONA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

A la entrada de la calle, una humilde placa con un mensaje curioso: «El 10 de noviembre de 1912, los terrenos de esta isla de casas pasaron a ser propiedad del pintor Ramon Casas i Carbó y de sus hermanas Montserrat y Elisa. Los vecinos queremos agradecerles la construcción de nuestras casas unifamiliares. Barcelona, 10 de noviembre del 2012». La celebración del particular centenario

-se conmemora la cesión de los terrenos al famoso artista y sus hermanas- tiene su razón de ser. «Buscaba una excusa para dar a conocer el pasado del barrio. Todo lo recogido durante meses de investigación. Poner en valor la historia de nuestras casas para que el ayuntamiento se dé cuenta de que debe protegerlas», explica el profesor de música Jordi Sánchez, quien sabe explicar de memoria con pasión y todo lujo de detalles todo lo sucedido en el pequeño vecindario en el último siglo.

Lo investigado por Sánchez, cuya tenaz lucha ha arrancado al consistorio un compromiso de estudiar la protección de la manzana, se expuso en una muestra itinerante que recorrió distintos equipamientos públicos de Nou Barris. «El origen de todo está en la masía de Can Garrigó, cuyos terrenos comprendían toda esta zona. El 21 de marzo de 1902 esta isla fue segregada y vendida a Elisa Carbó Ferrer, madre del pintor Ramon Casas», detalla Sánchez.

Tras la muerte de Carbó, los terrenos fueron heredados por sus tres hijos. «En el mismo testamento también les dejaba el monasterio de Sant Benet de Bages», añade apasionado el maestro quien, con mucha vista, invitó a la concejala del distrito, Irma Rognoni, al acto en que se descubrió la placa, en noviembre del 2012. «Una vez destapada la placa, y ella muy contenta con la historia, le pregunté: '¿Si es tan interesante, por qué nos quieres tirar las casas?'», prosigue el historiador aficionado. Obviamente, cogió a la concejala fuera de juego. Desconocía la afectación y se comprometió a trabajar para solucionar el problema, algo en que, dos años más tarde, se supone que sigue.

Inicialmente, la familia Casas aprovechó los terrenos, en aquellos momentos los campos que rodeaban Can Garrigó, como terreno de cultivo, hasta que el 7 de marzo de 1928 -todo documentado por los papeles que Sánchez ha ido recogiendo con cariño- el hijo de Elisa, la hermana mayor del pintor modernista, pidió al ayuntamiento el permiso de construcción de las primeras cuatro casas en la calle de Escòcia. La edificación de toda la isla debía de hacerse en varias fases, pero en el año 1932, coincidiendo con la muerte del artista, las obras se pararon en la cuarta fase. A partir de aquel momento los solares pendientes de edificar se fueron vendiendo, hasta 1958, cuando está registrada la última compra.

Las últimas construcciones

Los distintos propietarios fueron levantando entonces sus construcciones que, pese a no ser idénticas a las casas originales, firmadas por el arquitecto Josep Maria Ros Vila -autor de edificios como el Ayuntamiento de Puigcerdà-, mantuvieron la estructura de dos plantas más terrado prevista en la norma de 1947. Allí siguen todas, en pie pese al desafío del PGM y casi como si no pasara el tiempo por ellas.