Intervida empieza la nueva etapa tras perder el 20% de afiliados

MERCÈ CONESA / BARCELONA

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La Fundación Intervida empieza a levantar cabeza tras las pesquisas judiciales que cuestionan la gestión de los antiguos responsables de la oenegé.

y que le han hecho perder el 20% de afiliados. El pasado 12 de julio, la Conselleria de Justícia, tras destituir a los gestores de la entidad por presunta malversación de fondos, nombró a tres nuevos administradores. EL PERIÓDICO ha podido hablar con uno de ellos. Está convencido de que se ha iniciado una nueva época para la oenegé. "Se enmarcará en la transparencia y garantía de que el dinero de los afiliados tendrá el destino correcto", explica Àngel Miret, profesor de Ciències Polítiques de la Universitat Pompeu Fabra.

Miret es uno de esos tres administradores de Intervida --la entidad española que más fondos privados obtiene para cooperación internacional, con 87,5 millones de euros en el 2006-- nombrados por la Generalitat. Los otros dos son Dídac Ramírez Sarrió y Maurici Romero Mulero. Miret asegura que hoy "ya nadie puede desconfiar de la buena gestión de Intervida". "Entre otras razones --subraya-- porque, si bien todas las oenegés están bajo un control bastante férreo, Intervida, por la intervención e investigación judicial, está más vigilada que ninguna otra".

AUSTERIDAD

El nuevo administrador no quiere enjuiciar si en el anterior periodo de la oenegé (cuando la gestionaban Eduardo Castellón y Rafael Puertas, contra quienes se ha querellado la fiscalía) se malversaron fondos o no. "En todo caso --remarca-- también se hicieron cosas bien hechas". "Además, dice Miret, cuando llegamos, el pasado 12 de julio, comprobamos que la contención de sueldos y la austeridad de medios era la norma de la empresa, lo que son buenos síntomas".

Miret, por contra, sí opina que hay un debate ético sobre la mesa por la actuación de los antiguos gestores de Intervida. "Todas las fundaciones tienen recursos económicos en reserva y deben decidir si se gestionan como lo haría una empresa privada --invertirlos en inmobiliarias u otros negocios-- o bien se destinan a una finalidad con garantía asegurada como fondos del Tesoro u otros similares". "Personalmente creo que el dinero destinado a la cooperación solo puede moverse en esta segunda fórmula; los anteriores gestores creyeron que no y actuaron como si de una empresa privada se tratase". "Pero eso en todo caso es un debate moral, no un fraude".

El nuevo administrador sabe que el futuro de Intervida no será fácil. "Hemos perdido el 20% de afiliados (tenían 350.000) y no descartamos que cuando vuelvan a pasarse las cuotas a cobro, perdamos más". Pero Miret, como los otros administradores, no está dispuesto a flaquear. La nueva Intervida ya ha solicitado entrar en la Fundación Lealtad, la institución que analiza la transparencia y el buen gobierno de las oenegés y a la que no habían querido adherirse los antiguos gestores.

PRESENCIA EN 25 PAÍSES

El resto no es sencillo, porque Intervida cuenta con 4.000 trabajadores y está presente en 25 países. "Se están revisando todos los proyectos de cooperación y en los casos de las intervenciones en África, la India, Bangladesh y Filipinas hemos comprobado que siempre se actuó correctamente y se invirtió donde debía hacerse". "Otras cosa --prosigue Miret-- es el caso de América Latina, especialmente de Perú, donde aún es difícil clarificar plenamente qué se hizo en la anterior etapa de Intervida".

Miret cree firmemente en la cooperación. Por eso no entiende como la sospecha levantada sobre la actuación de los antiguos gestores de Intervida ha afectado a otras oenegés que también han perdido afiliados tras el chaparrón judicial sobre esta fundación. "Es un error, porque las ONG ahorran mucho sufrimiento humano", sentencia.