LA FIESTA MAYOR MÁS POPULAR DEL VERANO BARCELONÉS

Gràcia, una entrega de premios con un punto cruel

Pese a que alguna calle pidió que se cambiara, en la entrega de premios que se celebrará este miércoles se conocerá la puntuación de todas las calles; de la última a la primera

Festa Major de Gràcia. Calle de Verdi

Festa Major de Gràcia. Calle de Verdi / periodico

HELENA LÓPEZ / BARCELONA

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Como manda la tradición, al tercer día se conocerán los ganadores. Este miércoles, 17 de agosto, a las seis de la tarde, la plaza de la Vila de Gràcia se volverá a llenar hasta la bandera. El barrio, ¡la ciudad!, quiere conocer qué calles han sido, a ojos del jurado, las mejores de la edición 199 de la popular y multitudinaria fiesta mayor del barrio. Hasta ahí, no hay lugar para la polémica, más allá de los clásicos gritos de "tongo" -sobre todo si vuelve a ganar la archipremiada Verdi-, sin los que no se entendería un concurso callejero como este. También esos cánticos forman parte de la tradición. 

El problema está, al menos para algunos -para pocos delante del micrófono, algunos más, lejos de él-, en que en el acto -el clímax de la Festa Major de Gràcia- se da a conocer el resultado de todas las calles, empezando por el farolillo rojo, algo que ha provocado lágrimas, no precisamente de alegría, en más de una ocasión. Algunas calles plantearon este año a la junta de la Fundació Festa Major cambiar el método de entrega de premios, y hacer público solo el resultado de las calles que ocupen las primeras posiciones, pero esta, en la que tienen voto todas las calles que participan en el popular concurso, decidió por mayoría mantener el (un tanto cruel) formato habitual.

DE LA 20 A LA 1

Es decir, que el concurrido y esperado acto empezará con el anuncio de la calle que ha quedado en 20ª posición, cuyos participantes tendrán que subir al escenario a recoger su diploma. Y así ir haciendo hasta llegar a la ganadora. Un método que, sin duda, da emoción - y alarga- el acto.

Muchos -sobre todo los que no acostumbran a quedar en las últimas posiciones, pero no únicamente ellos-, no ven problema en el mismo. "Aquí se viene a participar" y "queremos saber en qué posición hemos quedado" son respuestas habituales. Todos, eso sí, rehúyen de la polémica, que la 'festa major' es solo una vez al año y, además, horas antes de la entrega de premios, nadie cree que será el farolillo rojo.

Esa, la de ser el farolillo rojo, es una experiencia que conocen bien en la calle de Puigmartí, que incluso protagonizó un documental por esa circunstancia. Un documental cuya idea nació a partir de una entrevista publicada en este diario con la presidenta de la calle titulada: "Alguien debe quedar último, pero ¿dos años seguidos?".