EDIFICIO HISTÓRICO EN DESUSO EN CIUTAT VELLA

El Gòtic pelea por la recuperación del Borsí

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HELENA LÓPEZ / BARCELONA

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Pese a la situación de dejadez, se sigue levantando majestuoso en la pequeña plaza de Verònica, en la calle de Avinyó, en el corazón del Gòtic. El edificio que acogió la sede de la bolsa de Barcelona a finales del XIX y hasta la guerra civil -aún se conserva casi intacta la sala en la que se especulaba, y de ahí viene su nombre- lleva cerrado desde el 2009; cuando la Llotja se trasladó por el mal estado del edificio, en el que desde entonces no se ha hecho nada. Los turistas pasan por delante, cuando no se sienten en la terraza que, como no, custodia la entrada, y le toman fotografías. Muchos creen que es una iglesia. No lo es. Qué es o, mejor dicho, que será, es algo que aún no está escrito. Un grupo de vecinos del barrio se han organizado en la plataforma El Borsí per al barri para empezar a escribirlo. Cuanto menos a pensarlo. 

Diego Martín, de la asamblea de barrio del Gòtic y de La Negreta, Teresa Caja, presidenta de los comerciantes y vecinos del Gòtic e Isidre Mateo, segunda generación de estudiantes de la Llotja, padre de estudiante y vecino del barrio son tres de los miembros de la plataforma, que se caracteriza por su transversalidad y por tener las ideas muy claras: quieren un equipamiento de barrio -en Ciutat Vella ya tienen muchísimos equipamientos de ciudad-, y que recupere la tradición artística del espacio (no piensan lo mismo, lógicamente, del pasado como bolsa del lugar). "No nos podemos permitir que este edificio, propiedad de la Generalitat, entre en el juego especulativo que sufre el barrio", destacan.

ESPACIO DE CONVIVENCIA

La idea de convertir el espacio en un museo dedicado a Woody Allen, una de las que estuvo sobre la mesa para reabrir el espacio, les pone los pelos de punta. "Reclamamos la recuperación del edificio como una oportunidad para crear un espacio de convivencia de referencia arraigado al territorio, donde la creación, difusión, promoción y experimentación de las artes sea el eje vertebrador. No un nuevo polo de atracción turística", destacan. "Son 3.500 metros, hay espacio para proyectos muy diversos. Estamos trabajando ahora con el barrio para recoger las distintas demandas y necesidades. Urge, por ejemplo, un 'casal' de jóvenes autogestionado. Ahora tienen el Palau Alòs, pero no lo sienten suyo", argumentan desde la plataforma.  

Fuentes del distrito de Ciutat Vella aseguran estar negociando con la Generalitat la adquisición de la finca para destinarla a un equipamiento ciudadano, que se dialogará con los vecinos. El ayuntamiento se ha mostrado históricamente interesado en comprar el edificio, y la Generalitat, en venderlo, pero por el momento no se ha llegado a ningún acuerdo. Ha entrado en mil quinielas, eso sí. La última, la del desbloqueo de la L-9.

EFÍMERA OKUPACIÓN RECIENTE

En mayo de este año, un grupo de personas ajeno a la plataforma ocupó de forma breve el espacio (los Mossos lo desalojaron por la vía rápida a la mañana siguiente). El colectivo bautizó el efímero espacio como Mukhayyam -campamento en árabe-, y explicó que quería convertir el palacio en un lugar en el que acoger a refugiados, alegando a sus ojos a actitud hipócrita del equipo de gobierno con la gestión de la crisis de los desplazadoss. Tras la breve okupación, la Generalitat contrató seguridad privada para vigilar el edificio y evitar que volviera a ser okupado.

Hace unos días, Catalunya sí que es pot pidió en el Parlament al Govern de la Generalitat la recuperación del espacio, en un planteamiento que irritó a la plataforma vecinal. "Piden que se convierta en equipamiento de referencia en la ciudad y en Catalunya, cuando el vecindario trabaja en un equipamiento de barrio", critica Martín.