Fichajes para la Rambla

RESTAURANTE Y COPAS Del Grupo Lombardo en el 31.

RESTAURANTE Y COPAS Del Grupo Lombardo en el 31.

PATRICIA CASTÁN / BARCELONA

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El goteo es lento pero esperanzador. Aunque ya es tarde para los comercios más auténticos o con identidad local (anecdóticos en el eje más turístico de la ciudad), sí se va produciendo un ralentizado relevo en pos de recuperar cierta calidad comercial en la Rambla. Como mínimo, firmas de moda y grupos locales de restauración están apostando por echar el ancla en un paseo que ha sido monocultivo de tiendas cutres de suvenires, comida rápida para el turista sin pretensiones y locales de cambio de moneda. El otoño traerá dos aperturas potentes porque simbolizan la aventura de grupos empresariales locales de la restauración y/o el ocio en BarcelonaCosta Este y Grupo Lombardo. Recientemente ha abierto la firma de moda juvenil Double Agent y hay proyectos en gestación.

Con cien millones de paseantes al año, la Rambla es un escaparate en sí mismo. Una vitrina que han hecho casi suya, inexplicablemente, un puñado de empresarios extranjeros, muchos de los cuales explotan diversos restaurantes de fast food o tiendas de recuerdos clónicas. Imanes para el turista que ignora que aquella gastronomía poco dice de la ciudad, pero que se instala en sus terrazas a comer paellas precongeladas. Con un plan de usos para Ciutat Vella, y el cerrojazo a nuevos negocios de suvenires en el eje, así como a plazas hoteleras y bares restaurantes, el ayuntamiento de Trias pretendió impulsar el asentamiento de industrias vinculadas a la cultura.

Licencias millonarias

La realidad es que los novios que tiene la Rambla piensan esencialmente en clave hostelera y de moda. El textil ha ido abriéndose paso con Custo, Nike, Desigual, H&M... firmas que clonan otros ejes comerciales urbanos, pero que al menos relevan la sobredosis de sombreros mexicanos. El último inquilino ha sido Double Agent, en el 72, con más de 50 tiendas e todo el mundo y en plena expansión. Les ha seducido la «ventana internacional» que es el paseo, y la infinita oportunidad de ventas.

Una oportunidad tan alta como el precio de las licencias de restauración, que ante la prohibición de nuevos permisos se revenden por precios que superan los 400.000 euros, sin contar el local, indican fuentes del sector. Un grupo inversor foráneo dará pronto el relevo a una antigua sede bancaria en el número 52, también en pos de los manteles, al hacerse con una licencia C3 (restauración) tras una baja previa. También está en fase negociadora el número 38, que antes acogió una sucursal del BBVA y donde un empresario paquistaní intentó subdividir el espacio en tres negocios, pero abandonó el proyecto ante la imposibilidad de lograr permisos para despachar más recuerdos y alimentos en la zona.

Pero son empresarios locales quienes empiezan a creer en un eje que, al margen de facturar a costa del guiri de paso, busca la dignificación comercial que predica la asociación de Amics, Veïns i Comerciants de la Rambla. Lo constatan quienes gestionan traspasos y arrendamientos. Gerard Marcet, del departamento de Inversiones de Laborde Marcet ha cerrado varias operaciones en la zona y certifica un creciente interés de las marcas por la zona. «Es cuestión de tiempo que bajen a la Rambla y cambien el modelo».

El Grupo Lombardo, que tripula establecimientos como el Taller de Tapas, Casa Delfín y Ajoblanco, se ha hecho con el local del número 31, que en su última etapa fue un bar de deportes y cervezas y una bocadillería, para lanzar su nuevo Ultramarinos, con interiorismo del omnipresente equipo de Lázaro Rosa-Violán, que le dará un guiño de diseño industrial. Preparan una carta centrada en «lo mejor de la península ibérica», con protagonismo de arroces, carnes con denominación de origen y pescados a la brasa, aunque también con toques de fusión. Como la larga vida de la Rambla, su horario también será dilatado, de 9.00 a 3.00 horas, del desayuno a las copas, con discjockeys, música en vivo y peso de la coctelería.

Costa Este (Opium, Pacha, Bling Bling, Nuba...) también prepara apertura en octubre en el número 17, que fue un sex shop antes de estar cerrado una temporada. De momento está en obras y la empresa ha solicitado licencia de restaurante y discoteca, posiblemente con el nombre de Shiva&Son, un proyecto ambicioso que también atraerá turistas, aunque de más calibre.