Estos son los 10 achaques del Bicing

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BERNAT GASULLA / BARCELONA

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Ha cumplido 10 años, pero el Bicing no es un niño. Las bicicletas públicas de Barcelona, si hablaran, tendrían voz cazallera y peinarían canas. Muchos años en la calle, la acción inmisericorde de la legión incívica de la ciudad y un servicio de mantenimiento con un resultado muy desigual convierten en una lotería el simple hecho de pasar la tarjeta por el lector de la estación de Bicing. "¿Cómo estará hoy la bici?", se preguntan los usuarios.

En mayo del 2009, dos años después del debut del Bicing, un estudio encargado por el Ayuntamiento de Barcelona al RACC demostró que el 55% de las bicis públicas circulaban con alguna anomalía leve. Y que solo una de cada cuatro funcionaban a la perfección. Un nada despreciable 10% se tenían que acabar reponiendo, bien porque desaparecían, bien porque estaban inservibles.

 Aunque son muchos los que piensan que ahora está la cosa mucho mejor que en los inicios, esta es una lista de algunos de los achaques más habituales de la bicicleta municipal barcelonesa.

El sillín

Regular el asiento del Bicing presenta un problema de diseño. La altura se ha de calcular a ojo (dicen los expertos que se ha de colocar al nivel de la cadera). Hay especialistas en diseño que recomiendan marcar una escala en el tallo del sillín, lo que permitiría al ciclista memorizar cuál es su nivel y regular el asiento más rápidamente.  Mención aparte merece la dureza de la clavija que permite aflojar el tallo del sillín. Hay veces que ni Josechu el vasco lograría vencer tal resistencia. Por último, hay quien se entretiene en girar totalmente el sillín de la bici una vez  la ha estacionado. ¿Aviso a navegantes para que no se suba a una bicicleta averiada? ¿Gracieta de gamberrete? Mejor no arriesgarse en averiguarlo.

Los frenos

La tensión del cable del sistema de frenado es muy desigual en cada bicicleta. Al tener un freno independiente para cada rueda, la eficacia no es siempre la misma. La tapa metálica que cubre parte de la rueda posterior, la cadena y el plato puede ocasionar un molestísimo (y muy característico) ruido de lata al accionar el freno. Hay que reconocer que muy pocas veces los frenos están rotos.

Las ruedas

Las ruedas resisten mucho. Como le ha pasado al conjunto del vehículo, han ganado robustez, lo que dificulta los pinchazos, más habituales en los primeros años de servicio del Bicing.

Las marchas

El Bicing tiene tres marchas. Son desarrollos que no permiten alcanzar grandes velocidades ni subir cuestas empinadas, pero resultan útiles. En ocasiones, el cambio está roto, lo que condena al ciclista a un involuntario piñón fijo.

La cadena

El patinazo de la cadena es, quizá, la anomalía más habitual y molesta. Se suele producir cuando un piñón gastado no engancha debidamente con la cadena. Como consecuencia, el ciclista tiene la sensación de dar una pedalada al vacío, con lo que pierde estabilidad. Hay quien cambia de marcha para sortear momentánemente la molestia.   

Las luces

La iluminación es ahora uno de los puntos fuertes del Bicing. Tras superar los apagones de los primeros meses de vida del servicio, ahora no falla casi nunca y, además, ilumina mucho. Quizá una posibilidad de mejora está en emular el servicio de Londres, que, además de la luz convencional, tiene un láser que proyecta la silueta de una bici unos metros por delante para advertir a otros vehículos en cruces o zonas sin visibilidad.  

Los anclajes

El sistema de anclado también ha mejorado en seguridad, aunque quedan algunos puntos inservibles. Los salientes de la bici para sujetarla  son en ocasiones tan inestables que cuesta acertar con los orificios de la estación.  

El peso

El Bicing pesaba en sus inicios 16 kilos, pero ha engordado con los años. La necesidad de que resista el trajín diario y las inclemencias de la intemperie han hecho ineludible ir añadiéndole protecciones y, por lo tanto, peso y dificultad de circulación.   

La informática

Lejos quedan los tiempos en los que las averías informáticas de Clear Channel inutilizaron el Bicing durante días enteros. El sistema es ahora muy fiable.

La higiene

La incertidumbre sobre la limpieza del sillín forma parte del encanto del servicio. Pero precisamente esta anomalía no se le puede atribuir al Bicing.