celebración mundial

El Eixample se convierte en Pekín en el desfile del Año Nuevo Chino

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Beatriz Pérez

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Éxito rotundo en Barcelona del desfile del Año Nuevo Chino, la festividad más importante del calendario lunar que además se celebra en todo el mundo. La marcha, a la que asistieron unas 4.500 personas según cifras de la Guardia Urbana, ha arrancado a las 11.30 de la Estació del Nord, en el barrio del Fort Pienc. Los chinos, que desde el año pasado son la segunda comunidad más numerosa en Barcelona (casi 20.000 residentes) tras la italiana, gozan de gran presencia comercial presencia comercial en este barrio del Eixample.

En el desfile, además, han participado unas 1.400 personas, tanto catalanas como asiáticas. Dragones chinos y catalanes, leones, bailes, castellers, diablos, percusionistas, gigantes, asociaciones de ambas nacionalidades y 200 voluntarios han recorrido el paseo de Sant Joan hasta Arc de Triomf. Era Barcelona, pero parecía Pekín.

"Es la primera vez que vengo y se me ha hecho corto. Lo encuentro muy exótico", comenta Flora. Amante de la fotografía, se ha acercado con su amiga Antonia, ambas con cámara de fotos, para inmortalizar el estallido de colores. "Lo que más me ha llamado la atención son los dragones. Y los vestuarios, los paraguas...", dice Antonia.

El dragón es un animal legendario en China. Lo explica Jilong Jiang, dueño de Jilong, una empresa inmobiliaria que, a la vez, es una asociación para inversores chinos. "Una leyenda de hace cinco mil años cuenta que los chinos somos hijos del dragón", afirma. Según el calendario lunar, este 2018 corresponde al signo del perro. "Simboliza la fidelidad, el honor", añade.

La fiesta más importante

Enfundada en un vestido típico de Mongolia ("en China tenemos muchos grupos étnicos"), Xiaojie, profesora de la fundación Institut Confuci de Barcelona (participante del desfile) relata que el Año Nuevo Chino es "la fiesta más importante". "Como aquí la Navidad o la noche de Reyes".

El grupo Taiji Fushun Barcelona hace una exhibición de Tai-Chi mientras marcha por el paseo de Sant Joan. "El Tai-Chi aporta un beneficio espiritual y un sentimiento de compañerismo muy grande", relata Antonia, miembro de este grupo que se reúne en Montjuïc. "¡Quién me iba a decir a mí que me levantaría cada fin de semana a las seis!".

La Escola Fort Pienc, con un 7% de alumnos chinos, se ha estrenado en este desfile. Es, de hecho, la primera vez que una escuela en Barcelona participa en el Año Nuevo Chino. Lo explica Dani de Torres, miembro del Ampa y director de la red española de ciudades interculturales (RECI). "Como Ampa trabajamos por una escuela más inclusiva, romper prejuicios y contribuir a la aproximación entre culturas. Nos pareció que el Año Nuevo Chino era una buena oportunidad para ello". 

El desfile culminó sobre las 13.30 horas en el Arc de Triomf, donde había un escenario preparado para actuaciones. Pero la fiesta seguía: en el paseo de Lluís Companys había instalada, durante toda la tarde, una feria cultural y gastronómica. La celebración del Año del Perro incluirá, durante los próximos 15 días,  comidas y reuniones familiares.