La continuación de 'Los pilares de la tierra' llega con estrépito publicitario

ELENA HEVIA / BARCELONA

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Acompañada de una campaña de promoción sin precedentes, la continuación de la novela Los pilares de la tierra, Un mundo sin fin (Plaza y Janés / Edicions 62) llegará mañana a todas las librerías españolas pisando fuerte, muy segura del impacto que espera producir.

Como siempre, tratándose de Ken Follett (Gales, 1948), hijo de contable y plusmarquista superventas, los números son fundamentales para hacerse una idea del fenómeno. La novela en castellano tiene una tirada inicial de 525.000 ejemplares que los editores esperan ver agotada en tan solo dos meses, mientras que la versión catalana lanzará 40.000 ejemplares con el incentivo de que los 2.000 primeros tendrán la dedicatoria autógrafa del autor en catalán. El lanzamiento cuenta con más de 2.000 puntos de venta en toda España y algunos de ellos abrirán por la noche a fin de abastecer la demanda de los más impacientes.

Ese será el caso de muchas de las librerías de Vitoria, en cuya catedral se ha inspirado el autor para la composición de la obra. Follett, en justa correspondencia, ha elegido la capital alavesa para hacer la promoción de la novela, dictar una conferencia el próximo 10 de enero en el Teatro Principal de la ciudad y dejarse la muñeca hecha cisco de tanto firmar ejemplares. El baño de multitudes tendrá su guinda con el descubrimiento de una escultura dedicada al escritor en la plaza de las Brullerías, al lado mismo de la catedral.

FENÓMENO EDITORIAL

Nunca a un ateo confeso una iglesia le ha proporcionado tantas alegrías. Y es que al escritor galés la historia de la construcción de una catedral en tiempos medievales, la superventas Los pilares de la tierra, le catapultó al estrellato de los más leídos en progresión creciente desde 1989, abrió camino a nuevas modas y propició discípulos. En España, el más reciente es La catedral del mar, de Ildefonso Falcones, que supo adaptar la fórmula al barrio de la Ribera.

Más datos: en España --donde se aprecia mucho al autor-- uno de cada ocho personas ha comprado Los pilares de la tierra, que supuso un antes y un después en el concepto superventas, y en todo el mundo uno de cada 66 habitantes la ha adquirido. Son cifras que quizá no están en sintonía con la más elaborada literatura pero sí con su incuestionable capacidad de atrapar a un público amplio y sin un perfil muy definido.

El nuevo libro aparece en un momento delicado para el autor, que ha tenido que sortear desencuentros con sus lectores en sus últimos trabajos (desencuentros con unas ventas por las que otros autores se darían con un canto en los dientes). Pese a que el nuevo libro se publicita ya desde su portada como la continuación de Los pilares de la tierra, no se trata de eso en sentido estricto.

El único elemento que permanece entre ambas novelas es la catedral de la imaginaria ciudad de Kingsbridge. El propio autor lo ha explicado así: "Durante muchos años me pedían que escribiera la continuación pero yo me resistía a ello porque no quería escribir otro libro sobre el mismo tema. Por eso he situado esta historia dos siglos más tarde y he hecho que los protagonistas sean descendientes de los de Los pilares de la tierra".

Amores apasionados y contrariados, ambiciones de poder --¿quien logrará alzarse con el priorato de Kingsbridge?-- y venganzas sazonan las más de 1.000 páginas de la acción. Ahora solo falta que supere la prueba de fuego de su aceptación entre su masa de lectores.