PROYECTO POLÉMICO EN CIUTAT VELLA

Colau juega su última carta contra el hotel planeado frente a las Drassanes

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HELENA LÓPEZ / BARCELONA

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Ada Colau ha mostrado este lunes la que hoy por hoy es su última carta para evitar la construcción de dos hoteles de cinco estrellas en el Raval Sur. El Ayuntamiento de Barcelona ha solicitado a la Generalitat la protección del entorno del conjunto patrimonial formado por las Reials Drassanes, la muralla, la puerta de Santa Madrona y el Baluard, zona en la que se sitúa el solar en el que están previstos los hoteles de la discordia. La petición de Colau implicará en cuanto la Generalitat acepte estudiarla la suspensión provisional de la tramitación de las licencias y pasa la pelota de decidir sobre el futuro del controvertido terreno al otro lado de la plaza de Sant Jaume. El proyecto de Praktik, que lleva 16 meses esperando la aprobación de la licencia, deberá, pues, seguir esperando, y los vecinos contrarios al hotel ganan, cuanto menos, tiempo para defender sus posiciones. "Es una primera victoria y una oportunidad para abrir un periodo de reflexión", asegura Mario Aguiló, portavoz de la plataforma vecinal contraria a los establecimientos.

"Queremos demostrar que desde el ámbito urbanístico también se pueden pensar de una forma diferente los barrios. He hablado con el 'conseller' Santi Vila y hemos quedado en que nos reuniremos en los próximos días. Cuando nos encontremos le trasladaré la voluntad municipal de considerar las necesidades sociales y vecinales de la zona", asegura Janet Sanz, concejala de Urbanismo. Necesidades que, prosigue la edila, "no pasan por la construcción de dos hoteles de lujo en unos terrenos en los que originalmente había que levantar pisos sociales". "La protección del entorno se debería de haber hecho cuando se protegieron las Drassanes. No tiene sentido proteger un castillo y no proteger la montaña", concluye Sanz. El objetivo es "poder estudiar y evaluar los proyectos de transformación previstos para ese ámbito para asegurar que sean compatibles con el patrimonio catalogado, como establece la ley catalana".

Fuentes de la 'conselleria' de Cultura de la Generalitat confirman que se reunirán con Sanz en los próximos días, pero declinan pronunciarse sobre el tema hasta que hayan podido estudiar la petición que el consitotrio ha presentado este lunes. Fuentes del gobierno local, por su parte, aseguran que la Generalitat debería argumentar mucho negarse a incoar el expediente. "Deberían haberlo hecho ellos de oficio", insisten.

POSICIONES ENFRENTADAS

El proyecto divide al vecindario -la Associació d'Amics de l'Arc del Teatre está a favor del hotel-, y, sobre todo, al gobierno municipal. A principios de este mes el concejal de Patrimonio, Daniel Mòdol, y la concejala de Ciutat Vella, Gala Pin, mostraron en público -en el nada discreto ring llamado Twitter- sus desavenencias. Mientras la concejala Pin mostraba su apoyo a los vecinos que ese día habían organizado un acto reivindicativo, Mòdol se mostraba "absolutamente a favor" de los hoteles, y aseguraba que eran "ejemplares en su vertiente social" (el empresario hotelero ofrece la planta baja abierta al público local, becas en escuelas y puestos de trabajo). A lo que Pin respondió que "cuando hay planeamientos que permiten la pérdida de vivienda social para levantar hoteles, se han de revisar, como se está haciendo". 

Fruto de esa revisión surge la petición de protección hecha pública este lunes. La concejala Sanz asegura que inician este trámite ateniéndose a la ley de patrimonio cultural catalán. Una vez aceptada la petición, la Generalitat tiene 18 meses para, si lo considera pertinente, declarar el entorno Bien Cultural de Interés Nacional. En los cuatro meses siguientes a la declaración, el departamento de Cultura debe emitir un informe vinculante sobre las licencias suspendidas por la incoación del expediente. En función del alcance de la protección, ayuntamiento y Generalitat valorarán todos los proyectos y licencias en trámite "para determinar si pueden continuar hacia delante, se han de modificar o no se pueden desarrollar dentro del entorno delimitado". Ese será el debate que iniciarán Sanz Vila en la reunión que tienen pendiente. 

El gobierno municipal -la parte contraria al hotel, al menos-, confía en que su estrategia llegue a buen puerto ya que "la ley establece la necesidad de priorizar las medidas conservacionistas hacia el patrimonio sobre el planeamiento urbanístico".