Las 6 claves del conflicto de Can Vies

1.  El colectivo okupa no puede aceptar sin más el desalojo de Can Vies, uno de sus emplazamientos más emblemáticos de Barcelona. Por eso, desde el primer día, los mandos de los Mossos d’Esquadra sabían que “les iban a pasar factura” en forma de protesta violenta.

 2. Los miembros de Can Vies se consideran traicionados por el Ayuntamiento por el modo en que ha ejecutado el desalojo, por eso insisten en que no hay diálogo posible y se vuelcan en la protesta callejera y en los disturbios.

3. Los colectivos más radicales usan la violencia callejera para colocar su reivindicación en la agenda política y mediática. Hasta hace unos pocos días, el futuro de Can Vies concernía a un grupo reducido de personas. Hoy es el tema de conversación de buena parte de la población.

4.  La violencia la ejercen pequeños grupos de individuos que, vestidos con ropa oscura y encapuchados, queman contenedores, montan barricadas y destrozan escaparates de bancos. Su extrema movilidad y su técnica de golpea y corre hace que, en un barrio de pequeñas calles como Sants, sea muy difícil sofocar sus acciones.

5. El dispositivo de los Mossos, que sí fue adecuado para el desalojo, fue manifiestamente insuficiente la noche siguiente, es decir, el martes, cuando no se imaginó que se iban a generar tantos disturbios. El efecto multiplicador en las redes sociales y la impresión en esos entornos de que se estaba ante la oportunidad de llevar a cabo un levantamiento popular les incitó a reproducir las concentraciones y la quema de contenedores en varias ubicaciones.

6. El colectivo antisistema busca repetir con Can Vies lo ocurrido en Gamonal, el barrio de Burgos que se levantó contra un plan de especulación urbanística del Ayuntamiento y que es el referente para este tipo de movilizaciones. Por eso, a través de las redes sociales, se insiste en hashtags como #gamosants.