INICIATIVA PIONERA EN NOU BARRIS

Ciutat Meridiana, cuando el vecino llama a tu puerta

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HELENA LÓPEZ / BARCELONA

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El desnivel físico lo salvan, cuando funciona, con el 'papa móvil', un ascensor inclinado. Ciutat Meridiana es un territorio rebeldeCiutat Meridiana también en su geografía. Para empezar el ambicioso experimento han elegido la parte más baja del barrio, la que se extiende a partir de la plaza Roja. La más sencilla también en su orografía.

Souad Bouzid vive en Ciutat Meridiana desde el año 1998. Es, pues, buena conocedora de la realidad de este enclave en la Zona Nord de Nou Barris, de la que a su vez es protagonista. Pese a ello, y quizá también por ello, el entrar una a una en las viviendas de sus vecinos y ser testigo desde dentro de sus casas, el escenario más íntimo de sus vidas, de su cotidianidad, a veces le duele. "Pero vale mucho la pena", subraya enseguida. Lleva haciéndolo desde noviembre, cuando empezó todo. Souad es una de las vecinas-ángel de la guarda que participa en el proyecto Picaportes, iniciativa social pionera ideada por la Confederació d'Associacions de Veïns de Catalunya (CONFAVC) y asumida por el Ayuntamiento de Barcelona en su estrategia contra la pobreza energética.

De todo lo visto durante estos meses, Souad tiene marcadas dos historias: la de una una mujer de 84 años que vive sola y no puede bañarse porque se le hace un mundo entrar en al bañera -"y paga, viviendo sola, 130 euros al mes de luz"-, y la de una familia con tres hijos con una orden de corte de luz. "Informé a la señora de que había una ayuda en el distrito para ese tipo de obras, que podían ponerle un plato de ducha; y a la madre le expliqué que no le podían cortar la luz y la ayudé a tramitarlo. Ahora cada vez que me las cruzo por la calle -esto es un barrio y los vecinos se cruzan por la calle-, me sonríen y me dan las gracias. Y es bonito", explica contenta.

INSPIRADOS EN LAS 'BANLIEUES'

"El proyecto Picaportes busca, en resumidas cuentas, que no haya más 'señoras de Reus'", asegura un entusiasta Celso Pérez, coordinador sobre el terreno. "La iniciativa está inspirada en la 'Voisin malin' (en francés, vecino pícaro), experiencia nacida en las 'banlieues' parisinas basada en la confianza en el vecino (en la recuperación de la confianza en el vecino, si se quiere), para que sea este, a fin de cuentas quién está más cerca, el que dé la primera señal de alarma a los servicios sociales cuando se intuye una necesidad", prosigue el politólogo. Entre noviembre y marzo, realizarán la prueba piloto en los 672 pisos de la parte baja, en el núcleo antiguo, y en primavera seguirán por la zona alta, donde muchas familias viven en pisos okupados (por mucho ángel de la guarda que llame a la puerta, esto sigue siendo Villa Desahucio, en los que habrá que mediar con las suministradoras para regularizar sus situaciones.

Hay también quien se lava con ollas que calienta en la cocina porque no tiene calentador, y quien coge el agua en garrafas en la fuente porque no tiene agua corriente; y fincas con 13 vecinos en los que solo cinco tienen los contadores enchufados.

"Hemos empezado por la pobreza energética, y ha coincidido con la ola de frío y con un pico en las tarifas de los suministros, pero la cuestión es crear la red de 'picaportes', y que la ayuda mutua se haga de forma estable", expone Pérez. Esta primera intervención tiene tres ejes: incidir sobre los buenos hábitos, pagar de manera eficiente y preparar la casa para el frío y el calor.

Los 20 vecinos que, como Souad, recorrerán el barrio, han sido formados para ello. Conocen todos los secretos de las facturas de los suministros y tienen un objetivo: compartirlos. "Nos encontramos con que prácticamente todo el mundo paga cosas que no sabe qué son. Y, en barrios como este, a las familias sí les viene de 20 euros de un seguro que te cobran y que no usas porque desconoces incluso que lo tienes", explica la 'picaporta' Sara Cervelló, de 34 años y nacida y criada en el barrio.

INNOVACIÓN SOCIAL COMUNITARIA

Jordi Giró, presidente de la CONFAVC, destaca que la iniciativa busca "cohesionar a barrios castigados por la pobreza con la complicidad de los propios vecinos, el alma del proyecto". "Es esta complicidad la que permite abordar situaciones que de otra forma serían muy difíciles de abordar, ya que muchas veces las personas cuando pasan dificultades se encierran", asegura el líder vecinal. La teniente de alcalde Janet Sanz, concejala de Nou Barris, se muestra entusiasmada con la iniciativa: "Es el primer gran proyecto de innovación social comunitario en Nou Barris y en la ciudad".

Siempre crítico, Filiberto Bravo, presidente de la asociación de vecinos, reivindica que, una vez se conozca la situación real de todos los vecinos, haya un compromiso firme por poner soluciones igual de reales sobre la mesa.