Barcelona vive un Día sin Coches con un 6,1% menos de tráfico

PATRICIA CASTÁN / BARCELONA

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Los más apocalípticos auguraban un tremendo colapso. Pero tras el más de medio centenar de calles afectadas había letra pequeña. La gran mayoría eran afectaciones de una manzana o en horarios parciales. De modo que el efecto del Día Mundial sin Coches en la circulación de una jornada laborable en Barcelona fue llevadero, pese a que también fue discreta -aunque no despreciable- la reducción de vehículos: 125.000 desplazamientos en coche menos, que supusieron una reducción del 6,1% del tráfico habitual. Los "concienciados", como los llamó el ayuntamiento, aparcaron su coche y utilizaron metro y Ferrocarrils de la Generalitat, que han engrosado un 5% sus usuarios cotidianos.

La alcaldesa Ada Colau, que por la mañana ha llegado a pie al ayuntamiento, al anochecer ha calificado de "éxito" la jornada y ha agradecido la implicación ciudadana. En su opinión, es posible reducir la presencia del coche y dibujar una ciudad "más saludable, amable y humana". Durante el día ha adoctrinado desde las redes sociales sobre los males de la contaminación en el área metropolitana: 3.500 muertes prematuras al año y 36.200 bronquitis. Además de riesgo de sobrepeso y obesidad en uno de cada cinco niños y adolescentes por el sedentarismo. 

Tras el tímido intento de recuperar el Día sin Coches hace un año, en esta ocasión el consistorio dio un paso adelante al anunciar 54 afectaciones, con dos tan notorias como Gran de Gràcia solo con carril bici y de bus (de 11.00 a 21.00 horas) y Via Laietana, con solo uno de bajada para coches y carril bici y de bus de subida. Pero ni en una ni en otra ha habido estragos. Acaso algún concierto de claxón al principio, cuando pilló desprevenidos o impacientes a quienes trataban de cruzar esas zonas o sus perímetros, también resentidos.

En Gran de Gràcia jugaban con ventaja porque el tijeretazo empezó a media mañana y además tienen el rodaje de la prueba piloto que desde verano corta la calle las tardes del primer sábado de cada mes. Pero la jornada fue bastante fluida. 

A mediodía, los desplazamientos en coche eran 90.000 menos en la ciudad, mientras que al final del día alcanzaron los 125.000. Por zonas, los accesos a Barcelona han visto reducido un 7,5% el tráfico; el interior de la ciudad, un 6,4% y las rondas, un 4,3%. Muchos de los que dejaron aparcados sus vehículos han optado por coger el metro, que ha ganado un 5% de usuarios, mientras que los desplazamientos en bicicleta han crecido un 7,3%. La Guardia Urbana asegura que la hora punta de movimientos se ha avanzado a primera hora de la mañana ante el miedo a colas.

FALTA DE INFORMACIÓN

Otra reflexión fruto de la jornada con menos humos es que la controvertida reforma de la Via Laietana, cuyos comerciantes piden ampliar aceras, se hace más viable a la vista de que la zona no se ha colapsado pese a las restricciones. La concejala de Movilidad, Mercedes Vidal, satisfecha por la jornada, asume que hay "una demanda explícita de pacificación" y es necesario reducir esa densidad de tráfico, ruido y contaminación que engullen sus vecinos y paseantes a diario.

Fuentes del colectivo de vendedores que reclama la reforma han criticado que no hubiera información previa y que en algunos momentos se cortara la circulación privada por completo. Creen que la restricción en más puntos de la ciudad ha frenado algunos desplazamientos y las ventas. Otros comerciantes y el Gremi de Restauració también han criticado la fecha elegida y consideran, además, que como acción global perjudica a la actividad económica. Para CiU, sin embargo, la acción aislada va en perjuicio del barcelonés y son necesarias políticas más "arriesgadas".

Por la mañana, un accidente en Gran Via-Moianès ha complicado el tráfico de salida de Barcelona, normalizado a las 9.30. La mayoría de cortes en otros puntos han sido más limitados y para ganar espacio a actividades lúdicas de escuelas, como en Mallorca (de Urgell a Borrell), lo que ha hecho desviar autobuses y ha generado atascos por la mañana en Urgell. Unos 4.000 alumnos de 15 colegios han participado en actividades lúdicas o clases en la vía pública, donde se han desplegado 128 auxiliares para organizarlas.