Barcelona gana cruceristas en temporada baja y nuevos barcos

Este domingo más de 10.000 cruceristas se pasearon por Barcelona. En una ciudad del tamaño de esta, y entre los miles de visitantes de fin de semana (foráneos y de comarcas), pasaron bastante desapercibidos. Pero lo significativo es la fecha del desembarco. En pleno febrero hay 16 días con llegada de cruceros. En marzo hay varias fechas con tres buques. La desestacionalización de este tipo de viaje está cuajando en la ciudad y se ha convertido en la única forma sostenible de crecimiento del puerto, tras un 2015 agridulce.

Fue un año muy bueno en resultados, porque la ciudad se revalidó como la número 1 de Europa tras sumar 2,54 millones de usuarios y crecer un 7,4%. Además, aumentó un 11,5% la cifra de viajeros que inician o acaban ruta en la capital catalana, es decir, que pernoctan en la ciudad, lo cual resulta mucho más rentable en términos de gasto (202 euros diarios). Pero también fue amargo porque el sector trata de digerir las críticas del equipo de gobierno de Ada Colau, que hace unos meses habló de analizar y tal vez poner freno a lo que durante años se ha considerado un filón turístico. Para este año, según fuentes del Port, se esperan de 2,6 a 2,65 millones de pasajeros, en función de lo llenos o no que vayan los buques en las 750 escalas previstas.

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Obviamente, los meses de mayo a octubre son los más productivos, con 340.000 cruceristas en el décimo mes, que lideró el 2015. Sin embargo, cabe destacar que noviembre ya vivió un repunte del 20,3% respecto al año anterior para llegar a más de 198.000 viajeros, y hasta diciembre creció un 18%. En la medida de lo posible, el Port de Barcelona potencia esos meses antaño casi desiertos, y la promoción de las navieras se centra mucho más en la cultura, con las playas fuera de temporada.

DESTINO VERSÁTIL

La versatilidad del destino Barcelona y su clima suave ha hecho que grandes compañías como MSC Cruceros o Costa Cruceros hayan apostado por las salidas regulares desde la ciudad, pero este año se suma el peso de NCL, que ha mantenido al gigantesco Epic con base en el puerto todo el invierno. Solo este buque ya inyecta 8.120 personas todos los miércoles (entre los que llegan y los que embarcan) al puerto. Se suman a los MSC Preziosa y Fantasia (con pasaje nuevo y en tránsito) y los Costa Diadema y Mediterránea, con la misma fórmula. Amén de algún otro buque menor. 

La tendencia del año pasado fue sumar viajeros y reducir ligeramente la cifra de escalas (749), porque los barcos tienden a ganar en volumen e incorporar atracciones. En este sentido, el 2016 estará marcado por varios fichajes de excepción. En tamaño, la novedad del año la pondrá la inauguración del Harmony of the Seas, tercero de una serie XXL, con capacidad para 5.400 pasajeros en ocupación doble y más de 6.000 si se utilizan triples. El mayor crucero del mundo. Barcelona pasó la prueba con sus hermanos de Royal Caribbean los dos últimos años, y la naviera se ha decidido por primera vez a posicionar un barco de estas características en Europa. La inauguración será a lo grande: en la capital catalana el 5 de junio. El Harmony of the Seas movilizará aproximadamente 10.800 viajeros cada domingo.

MÁS LUJO

Este será uno de los resortes que permitirá que en una treintena de jornadas el puerto supere los 20.000 cruceristas. Las puntas tendrán lugar en tres domingos: el 11 de septiembre con ocho barcos y más de 31.000 personas (algunos miles en escala, otros en inicio o final de ruta), el 19 de junio con cinco buques y 27.990 pasajeros y el 22 de mayo con seis y 27.830 respectivamente. 

El 2016 destaca también por otras tendencias, como la mayor presencia de barcos de lujo, algunos destacados y en primera escala en la ciudad como el Viking Ocean y el Viking Seas (que además pasan noche en el puerto, lo que multiplica sus tasas), el Sirena, de Oceania (que también se estrena en la ciudad), Le Lyrial (Ponant) y el espectacular Seven Seas Explorer de Regent. En total, el puerto saludará a 14 buques en primera escala en Barcelona. De amplio espectro: del Mein Schiff 5 adorado por los alemanes a barcos diversión americanos como el Carnival Vista.