PATRIMONIO INDUSTRIAL

Barcelona inicia la resurrección del Detroit del Poblenou

LA ESCOCESA

LA ESCOCESA / periodico

Cristina Savall / El Periódico

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El Ayuntamiento de Barcelona ha adquirido La Escocesa, un histórico complejo industrial situado en el tramo más abandonado hasta ahora de la calle de Pere IV, en el barrio del Poblenou. La operación supone la compra de tres parcelas por un importe de diez millones euros, que se destinarán a equipamiento público y vivienda social tras la rehabilitación del espacio. El consistorio tenía ya el 43% del recinto y ahora adquiere el 50% más, hasta llegar al 93% de la totalidad. Es el primer gran paso para reactivar el llamado Detroit catalán por su pasado glorioso borrado de la memoria ciudadana y por su presente desolador con edificios abandonados y descampados repletos de cristales rotos, bolsas de basura y malas hierbas.

Josep Maria Montaner, concejal de Vivienda, considera que la compra de La Escocesa es "una acción concreta contra los procesos de gentrificación en el barrio", en referencia al interés turístico suscitado por su cercanía con el litoral y a que los antiguos propietarios querían edificar 90 pisos de lujo. Jaume Collboni, segundo teniente de alcaldía, concreta que la rehabilitación de la fábrica supondrá "un salto cualitativo en la recuperación del Poblenou y una reconceptualización para esta área de Sant Martí, pues se convertirá en un espacio social, comunitario que también albergará industrias creativas de Barcelona".

Decisión estratégica

Janet Sanz, teniente de alcalde de Urbanismo, señala que la compra de La Escocesa es una decisión estratégica de ciudad. "Tiene mucho que ver con el impulso que está dando el gobierno municipal a esta zona, reorganizando y abriendo calles e impulsando Pere IV como eje cívico y cultural. Donde había planificado por parte del sector privado vivienda de lujo, habrá vivienda pública y equipamientos", argumenta. El número de pisos públicos que se construirán aún está por decidir, y dependerá de los otros usos que se quiera dar al espacio, que se negociarán en un proceso participativo con el vecindario.

El desangelado entorno comenzará a cambiar cuando el próximo año se inaugure Ca l'Alier, aún en obras de rehabilitación, que albergará a Cisco, la multinacional tecnológica que impulsará en esta nueva sede un centro de innovación. Montaner agrega que el ayuntamiento trasladará a este recinto el comisionado de Tecnología e Innovación Digital del propio consistorio. Otro paso clave será la próxima reurbanización de la calle Bolívia, que dejará a la vista de los transeúntes la fachada posterior de La Escocesa.

El inmueble de La Escocesa data de 1852, cuando se inauguró la desaparecida fábrica de productos químicos destinados a la industria textil. En 1999 se convirtió en un espacio de creación y en un punto de encuentro para artistas procedentes de otros espacios desaparecidos, pero desde hace una década gran parte del recinto está abandonado.

Oficinas y viviendas

Fue en el 2006 cuando la empresa Renta Corporación compró La Escocesa. La inmobiliaria pactó con los artistas el desalojo de la fábrica, que se quedó completamente vacía a finales del 2007. Aunque la propiedad terminó en manos del Banco Santander y de la inmobiliaria Altamira, a quienes el ayuntamiento ha ejercido el derecho de tanteo por tratarse de un Bien Cultural de Interés Local (BCIL) y así ha podido adquirir casi la totalidad de la finca. 

También en el 2006 el consistorio aprobó el plan para la renovación de la isla de La Escocesa, catalogada como patrimonio industrial. Se estableció que dos naves del complejo, un total de 2.400 metros cuadrados de la fábrica, se dedicaran a uso público. "Y en el Plan Estratégico de Cultura de Barcelona 2006, dentro del programa Fábricas para la creación artística, se incluyó La Escocesa", explica un portavoz del distrito de Sant Martí. 

Autogestionado por artistas

A principios del 2008, el ayuntamiento cedió la gestión provisional del espacio a la Associació d'Idees, un grupo de artistas de diferentes disciplinas. Estos creadores continúan con su proyecto de autogestión del espacio, destinado específicamente a las artes visuales, ofreciendo talleres para artistas a un coste bajo, potenciando su carrera a través de la movilidad y la promoción, y organizando actividades en el barrio, como las proyecciones de películas de género y autor que tuvieron lugar el pasado julio.

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