Ambiguo bienestar animal

Zoo

Zoo / periodico

MICHELE CATANZARO / BARCELONA

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Expertos en derecho animal no coinciden en sus auspicios sobre el futuro del zoo de Barcelona. "Creo que la opción de cerrarlo es un poco drástica. Hay que completar la ley adecuadamente e imitar a otros zoológicos europeos", afirma Pilar López de la Osa, profesora del Centro Universitario Villanueva (Madrid), que hizo su tesis doctoral sobre la legislación de zoológicos.

"Con la cantidad de medios que hay para contemplar animales hoy, tenerlos encerrados es anacrónico: ya no tiene una función didáctica. Yo abogo por una progresiva desaparición de los zoos. Tienen sentido solo con especies realmente amenazadas que no pueden conservarse en los sitios de origen", replica Teresa Giménez Candela, directora del International Center for Animal Law Policy (ICALP) de Barcelona, y del único máster en derecho animal de Europa.

CAMBIO URGENTE

Ambas expertas coinciden en la urgencia de trasformar los zoos actuales para incrementar el bienestar animal. "El problema es que la ley española no es adecuada. Pone en el mismo saco todas las especies. El Animal Welfare Act de EEUU tiene capítulos específicos para elefantes africanos, tigres blancos o rinocerontes, por ejemplo", observa López de la Osa.

La ley 31/2003 se hizo a toda prisa después de que España recibiera un toque de atención de la Unión Europea, para que aplicara una directiva de 1999 sobre fauna en zoológicos. El mismo tratado de Lisboa (el análogo europeo de una constitución) reconoce que los animales son "seres sintientes", lo que les confiere ciertos derechos, aunque López de la Osa prefiere llamarlos "reconocimientos".

"La directiva europea es muy genérica y España la copió casi literalmente: la palabra bienestar aparece tan solo seis veces", observa López de la Osa. Así, no hay manera de saber cuánto tiene que medir una piscina o qué altura tiene que tener una jaula para garantizar el bienestar.

En el vacío, diversas organizaciones animalistas han creado Infozoos, una entidad que produce informes sobre las condiciones en los zoológicos. Uno de estos estudios contribuyó al cierre de un centro en Lanzarote en primavera, informa López de la Osa. Los zoológicos disponen también de una guía de aplicación de la ley 31/2003, que proporciona sugerencias prácticas, aunque no vinculantes.

"En España, no conozco ningún zoo que sea ejemplar en todas sus zonas. Los recortes de presupuesto tampoco ayudan a cumplir criterios de bienestar", observa López de la Osa. Según esta jurista, los problemas más acuciantes son la presencia de especies en climas que no les son propios y la falta de espacio, por la cual aboga por desplazar los zoos a zonas extraurbanas.

Sin conocer el detalle del proceso en curso en Barcelona, López de la Osa insiste en que en la decisión debe participar personal cualificado científicamente: veterinarios, biólogos y personas que conozcan la realidad del zoo. Según la jurista, la contribución en investigación, conservación y didáctica de los zoos compensa la privación de la libertad de los animales, siempre que su bienestar sea respetado.

ENTRETENIMIENTO

La balanza se inclina hacia el otro lado, según Teresa Giménez Candela. "Los zoos nacieron como entretenimiento para la aristocracia. Tras la revolución francesa se abrieron al público, en toda Europa. Pero hoy los zoos ya no cumplen esa función didáctica", explica, aludiendo al alud de imágenes y vídeos de animales disponibles en la televisión e internet. "Su función científica y de conservación se podría llevar a cabo también en los países de origen, en santurarios y reservas", añade.

Giménez Candela cita antecedentes de cierre, como el del delfinario de Rimini en Italia, o de transformación, como la reconversión del delfinario de Florida (que hospedaba al cinematográfico delfín Flipper) en una reserva marina. No obstante, la catedrática de derecho alerta de que el cierre de un zoo no es un proceso inmediato, sino progresivo, por los tiempos necesarios para organizar el futuro de los animales.