BATALLA LABORAL EN TMB

Colau fracasa en el intento de frenar la huelga de metro y se asoma a su primer gran revés

La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, habla con los trabajadores del metro, antes de la inauguración de la L-9.

La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, habla con los trabajadores del metro, antes de la inauguración de la L-9. / periodico

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Ada Colau fracasó este viernes en el intento de convencer a la plantilla del metro de que aborte la huelga de dos días convocada para el lunes y miércoles de la semana que viene, durante la celebración del multitudinario Mobile World Congress. La alcaldesa anunció a mediodía que tomaba las riendas de la negociación y subrayó con vehemencia que eso nunca había pasado. Vinculaba así significativamente el desenlace del asunto con su capacidad para gestionarlo, aunque de hecho eso hubiera pasado de todas formas: si al final logra detener el paro, será un éxito indiscutible, pero si no lo logra, se enfrentará al primer gran revés de su mandato.

La alcaldesa, junto con su primer teniente de alcalde, Gerardo Pisarello, y la concejal de Movilidad y presidenta de Transports Metropolitans de Barcelona (TMB), Mercedes Vidal, se reunió con los representantes de los trabajadores del metro, de UGT, CCOO y CGT, y el encuentro acabó sin éxito. A la salida, los trabajadores dieron por imposible una solución antes del lunes y el consistorio, por boca de Pisarello, trató de desdramatizar el posible colapso en el transporte: “Si hay huelga, la ciudad está preparada para asumir esta situación”.

Óscar Sánchez, representante del comité de huelga, acusó a TMB de haber forzado esta situación y consideró prácticamente imposible que se alcance un pacto que permita evitar la jornada de paros del lunes, ya que solo lo podrían decidir en una asamblea que, dijo, es técnicamente inviable convocar este fin de semana. 

SIN OFERTA NUEVA

Sánchez fue claro: “Nos cuesta siempre decir 'imposible' pero si hoy nos preguntan si hay una manera, si hay una vía, no hay una manera, no hay una vía”. Según relató, Colau interrogó a los representantes sindicales sobre cómo se ha llegado a esta situación: “Ha dicho que no lo entendía, que algo no le cuadraba”. Horas antes, cuando compareció para explicar que ella misma asumiría la negociación, la alcaldesa declaró: “Ofrezco una interlocución directa. Ante una situación de excepcionalidad hay que dar respuestas excepcionales. Estamos dispuestos a hablar hasta que queden horas”.

Para los trabajadores, esta actitud contrasta con el hecho de que Colau se presentase a la reunión sin una nueva propuesta. Estos exigen a la compañía que mejore las condiciones "precarias" de cerca de 600 compañeros. La empresa lo reduce a 250. En cuanto al sueldo, los representantes sindicales no aceptan el 1% de aumento que plantea la dirección. La oferta de TMB se votó el jueves en asamblea y fue rechazada por unanimidad.  

REUNIÓN ESTE SÁBADO

Sánchez explicó que aunque los trabajadores no ven viable un acuerdo, no se cierran a "avanzar en la negociación", por lo que se optó por pedir a la Conselleria de Treball una nueva mediación. Este sábado a las 16.00 las partes se volverán a sentar. El representante sindical no se mostró esperanzado. Si todo cambiara, prosiguió, se podría celebrar una asamblea antes de la huelga prevista para el miércoles.

UNA PROPUESTA “RAZONABLE”

Pisarello calificó de “muy útiles” las reuniones celebradas (Colau se vio primero con Josep Maria Álvarez, de UGT, y José Cachinero, de CCOO, en un encuentro de carácter más simbólico que otra cosa) y subrayó el gesto de Colau de “dar un paso al frente”. Explicó que el consistorio está de acuerdo con TMB en que su propuesta de negociación es “razonable”: “Se le pueden buscar salidas imaginativas, pero no podemos ir más allá”.

“Haremos todo lo posible para que no se produzca la huelga, pero si se produce, la ciudad está preparada para asumir esta situación”, proclamó Pisarello, quien pidió “cautela”.

NO COJAN EL METRO

Este viernes ya se veían en el metro avisos en catalán, castellano e inglés que recomendaban no utilizar el metro el lunes y el miércoles a causa de la huelga. Pese a que la negociación sigue, los paros del lunes se antojan insalvables, a menos de que el comité de empresa la desconvoque sin celebrar una asamblea, o a que en medio del fin de semana empiece a organizar una con los trabajadores que pueda encontrar.

El ayuntamiento parece dispuesto a no modificar su posición, en cuyo caso podría echar mano de un discurso que este viernes empezaba a sonar. Si Colau no logra impedir la huelga, a la idea de que ha fracasado se le contrapondrá la idea de que no ha cedido. La de que ella, que se formó y se dio a conocer en la protesta, tiene capacidad para rechazarla si cree que amenaza con perjudicar las arcas públicas.