La huella de la 'hormiga' Valverde

El nuevo técnico del Barça debutó en el banquillo con el cadete del Athletic hace 20 años conquistando la Nike Cup de 1998

Valverde, en las instalaciones del Athletic en Lezama.

Valverde, en las instalaciones del Athletic en Lezama. / periodico

MARCOS LÓPEZ / BARCELONA

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Entró sigilosamente hace ya 20 años en el vestuario de Lezama para dirigir al cadete del Athletic, su primera experiencia como entrenador. Quizá recordara aún Ernesto Valverde aquella frase que soltó Javier Clemente, el técnico que se lo llevó del Sestao al Espanyol. "Que levante la mano el que no crea que este equipo puede ganar la Liga", soltó en su primera charla el entonces técnico blanquiazul. "¡Cómo quieres que levantara la mano si era nuevo! ¡Si estaba acojonado", reveló el Txingurri (hormiga en euskera) cuando le preguntaron por sus días iniciales en un vestuario de Primera División.

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A él, en cambio, y desde el primer día, mientras tejía silenciosamente su largo (y paciente) camino hasta el Camp Nou no se le han escuchado frases así. Poco a poco, saliendo de aquel equipo de cadetes donde brillaban Aritz Solabarrreta, actual técnico del Infantil B del Athletic, Gorka Azkorra, delantero del Sestao, y Jonan García, una de las sensaciones entonces de la cantera vasca. Era la conocida generación de 1983.

"Nos dieron una invitación para Eurodisney y para ver la final del Mundial entre Francia y Brasil" (Azkorra)

"Jugamos la fase europea en Lezama con motivo del centenario del Athletic", recuerda Azkorra a este diario rememorando los primeros pasos en el banquillo del nuevo entrenador azulgrana. Se clasificaron para la fase final de París en el verano de 1998. Se enfrentaron, usando, curiosamente, un 3-4-3, muy propio del Ajax o del Barça, al Newell’s Old Boys argentino. Ganó el Athletic del Txingurri en la tanda de penaltis llegando a la final, donde les aguardaba el Academica Tahuichi (Bolivia) en la final del Mundial sub-14.

CACHORROS DE PRIMERA

El joven equipo de Valverde resolvió en  otra tanda de penaltis y recibió el premio de campeón de manos de Bora Milutinovic, exseleccionador entonces de Nigeria. Aquel triunfo tenía, sin embargo, premios más valiosos. "Nos dieron una invitación VIP para Eurodisney", recuerda Azkorra. "Además visitamos París y nos invitaron también a la final del Mundial 98", recuerda el delantero.

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Allí, en la grada del Stade de France, el novato Txingurri asistió al triunfo de la Francia de Zidane sobre el Brasil de Ronaldo, que sufrió una convulsión horas antes del partido (3-0), iniciaba su pausado camino de hormiga hacia la elite."Aquella fue una bonita experiencia. Nos lo pasamos muy bien todos, eramos un grupo de amigos", confiesa Azkorra, que llegó a debutar en San Mamés en el primer equipo, al igual que Solabarrieta o Jonan García. Todos, por supuesto, de la mano de Txingurri.

Curiosamente, un año después, ese mundial oficioso de la Nike Cup era ganado por el Barça en el Camp Nou (1999) e Iniesta recibió el premio de mejor jugador de las manos de Guardiola. Ahora, ese trabajo de hormiga reunirá a Valverde con Iniesta.