la tribuna

'Et le vainqueur est'

Gane quien gane en Zúrich no habrá rostros compungidos como sucede en la entrega de los Oscar

Una niña saluda a los jugadores del Barça, ayer en el Miniestadi.

Una niña saluda a los jugadores del Barça, ayer en el Miniestadi.

JORDI Puntí

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Cuando los señores de la revistaFrance Foot-ballproclamaron, hace unas semanas, que el triunvirato finalista para el Balón de Oro 2010 era enteramente azulgrana, los aficionados del Barça nos encontramos ante la duda más dulce. ¿A quién escoger? ¿Iniesta,Messi yXavi -por orden alfabético-? ¿Xavi,IniestayMessi- de mayor a más joven-? Cualquier combinación nos parecía plausible, justa y digna de ser celebrada. Por mi parte, en este tiempo he cambiado de candidato decenas de veces. Hay días en que por la mañana quiero que ganeXavi, por la tarde apuesto porMessiy por la noche no tengo ninguna duda de que el Balón será para Iniesta. Es como si los tres jugadores hicieran un gran rondo con mi opinión.

Hace cuatro siglos,Shakespearele montó un drama al reyLear, con las dudas sobre cuál de sus tres hijas era la que más quería. El antídoto a tanta indecisión, ya se ha dicho estos días, es que los tres jugadores lo merecen por igual, y al final el éxito es del Barça, la Masia y una apuesta por el fútbol de ataque y colectivo. De hecho, este pleno de los azulgranas demuestra que la idea de nombrar tres finalistas --y no dos, cuatro u 11-- tiene mucho sentido. Veamos.

UNO DE LOS RASGOS distintivos de este Barça que lo ha ganado todo es precisamente el rondo y para interpretarlo se necesitan como mínimo tres jugadores. En la mitología griega existían lasTres Graciasque representaban a la abundancia, la alegría y el esplendor. El tres también está muy presente en la simbología cristiana (pero nocristiana ronalda):Messi,XavieIniestadeben verse hoy como laSantísima Trinidad Azulgrana. Tres fueron también los patriarcas y tres los Reyes Magos. La tríada resiste bien otras asociaciones: la biológica, en que los tres finalistas representan la triple hélice del ADN azulgrana, y la literaria: tres eran también los mosqueteros (sí, lo han adivinado,GuardiolaseríaD'Artagnán).

El fútbol del Barça está trenzado de forma que no es fácil significar a un jugador por encima de los otros (Bueno, aparte deMessi), pero no estamos hablando de una trilogía de robots, sino que cada jugador reúne argumentos individuales.

Messi. Ganador ya del año pasado, si los hados no se tuercenMessi está destinado a poseer tantos balones de oro como discos dorados cuelgan en casa dePaul McCartney. La pregunta es si, cuando se consiguen cinco oros, te regalan el Balón de Platino. La respuesta en el 2016. Sus dos compañeros dicen que él es el mejor del mundo, pero si no lo gana sabemos quién es el culpable:Maradona. El Mundial deMessifue discretísimo por culpa de su entrenador, un lastre que por suerte Argentina ya ha soltado.

Iniesta. Si hoy le eligen a él, ¿cómo le van a distinguir el año que viene? El sábado en Riazor se confirmó de nuevo que elIniesta de este año es todavía mejor. El gol decisivo que marcó en la final del Mundial es la lupa que engrandece una buena temporada. Quizás una de sus grandes logros sea social:Iniestaha transformado la mirada de los aficionados españoles. Antes lo silbaban por jugar en un equipo catalán; ahora lo aplauden como futbolista español decisivo, un sentimiento que, guste o no, se traslada al resto del equipo.

Xavi. El año pasado presentó candidatura quedando tercero, un detalle que ahora pocos recuerdan. Como diceCarles Rexach, él representa la «idea del fútbol del Barça». Premiándolo a él, pues, se premia al colectivo, a la clase media, al diapasón que marca el ritmo para que los solistas se luzcan…

LO MEJOR es que, gane quien gane esta tarde, en Zúrich no habrá rostros compungidos. No será como en la entrega de los Oscar, cuando las cámaras recogen las miradas vacías o el gesto resentido de los perdedores. Basta ver un partido del Bar-ça para comprender que el éxito es colectivo, se sustenta en un equipo de grandes personas y, sobre todo, en un idea ética y estética del fútbol. Cuando los señores deFrance Football

digan hoy aquello deEt le vainqueur est…, y nos den por fin un nombre, sea cual sea, sabremos que han acertado.