Suárez, con el amigo Leo, el rival Leo

Cuando se marcharon de Salto, casi al mismo tiempo, Luis y Edinson se convirtieron en rivales. Los dos fueron a Montevideo, la capital, pero a equipos distintos: al Nacional y al Danubio, respectivamente. Les une un sentimiento fraterno, producto de la amistad de una infancia común, de una carrera paralela y de la ausencia de rivalidad cuando se ponen la casaca de Uruguay: ya no hay un Diego Forlán que se interponga y envíe a uno de los dos a la suplencia.

'Edi' y 'Lucho' despuntaron en la selección sub-20 de Uruguay y pese al fracaso deportivo (cayeron en octavos en el Mundial ante EEUU), los dos volaron hacia Europa. Suárez entró por Holanda y Cavani aterrizó en Italia. Gol a gol acabaron en dos grandes de Europa y, otra vez, a encontrarse en una cita de altos vuelos como la de este martes en París.

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A Suárez ya le ha pasado el malhumor de<strong> la expulsión ante el Atlético.</strong> En su fuero interno asume que tuvo gran parte de responsabilidad en ver dos tarjetas en tres minutos que le apartan de la final de Copa. No había mejor forma para expulsar la frustración que anotando ante el Alavés los dos goles que no podrá endosarles a finales de mayo. Lucho suma ya 109 tantos en 128 partidos en menos de tres temporadas.

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RACIÓN DOBLE

El Alavés se llevó una ración doble. Como la que deglutió el PSG en la última visita del Barça. Dos golazos marcó Suárez en los cuartos de final de la edición 2014-15. En los dos, de factura muy distinta, coló un túnel entre las piernas de David Luiz, ahora en el Chelsea, ahora fuera de la Champions.

Vuelve Luisito a París para medirse a su 'hermano' Cavani acompañado de los amigos Leo y Ney que ha conocido en Barcelona. Messi es su vecino. El amigo que le da las mejores asistencias, el mayor abastecedor de pases. El rival más feroz con el que competirá por el Pichichi de la Liga (18 goles a 17 suman, liderando la clasificación).

No, no son sus guardaespaldas Messi y Neymar. Él no necesita a nadie que le proteja. Ni siquiera que se preocupen de él, porque marcó goles allí donde estuvo. En la fría Amsterdam, en la lluviosa Liverpool y en la luminosa Barcelona. Ahora disfruta de más pases y más oportunidades para convertise en un goleador histórico. Ya lo es como recordman de la selección uruguaya. Por delante del hermano Edinson.