MIRADOR

Y siguen cayendo los golpes

EMILIO PÉREZ DE ROZAS

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Mientras intentan reconstruir, refundar, reforzar, repasar, reflotar, redimir a su equipo,Florentino PérezyJosé Mourinho

-con la ayuda inestimable, o no, deAitor Karanka- siguen intentando descomponer, destruir, desestabilizar, destrozar y desprestigiar al rival, perdón, al Barça, pues desde hace exactamente un año, desde que ficharon al mejor entrenador del mundo, no parecen tener ni peor objetivo ni mayor adversario.

Después de salir derrotados en diversas batallas (sí, cierto, ganaron la Copa y se les cayó), han tratado no solo de echar porquería a toneladas sobre la plantilla azulgrana sino, incluso, intentar que alguno no juegue la final de Wembley, su sueño frustrado. El del presidente, entrenador y ayudante merengues.

Y lo han hecho tratando de aportar, dicen, pruebas irrefutables que alguien, que manda mucho y empieza a tenerles bastante manía (¿injusta? ¿infundada? ¿gratuita?; me temo que bien merecida), ha dicho que ni son pruebas ni son irrefutables. Perdón otra vez: no solo dijeron que, por ellos,Sergio Busquets puede ser titular ante el Manchester United, sino que le enviaron la factura de los costes del juicio a las oficinas de Concha Espina para que siga pagando. Será por dinero. No, no será por dinero. Nunca ha sido por dinero. De eso, como de atrevimiento, empiezan a andar sobrados.

No parecen darse cuenta, o les da igual, que al final lo que queda son comentarios como este deJavier MariasenEl País: «... Porque lo que no puede ser es que el propio equipo dé vergüenza, en el campo y fuera de él: se le toleran el juego pobre y el escaso acierto, los entrenadores rácanos comoCapellooJuande Ramos, aun los presidentes delincuentes, porque estos, al fin y al cabo, quedan lejos de la hierba y del vestuario. Pero no un entrenador omnipotente, omnipresente y malasangre, un quejica que acusa a otros siempre, un individuo dictatorial, ensuciador y enredador, soporífero en sus declaraciones, nada inteligente, mal ganador y mal perdedor, y que, como dijoDi Stéfano, hace que el Madrid juegue como un ratón mientras el Barça juega como un león».

Y solo es el primer año.