LA NOCHE SOÑADA

Rafinha no fue Messi, pero casi

El hispanobrasileño marca un gol, cubre el hueco dejado por el astro argentino y se venga del Inter

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Joan Domènech

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Leo Messi no faltó, sino que se multiplicó. Hubo uno en la grada y otro en el césped, así que el Barça nunca tuvo la sensación de orfandad por la ausencia del astro. El culé vio al original sentado, con el brazo herido, acompañado de su hijo mayor y disfrutó con la veracidad de la copiaRafinha no fue Messi, pero casi. El resultado, a efectos prácticos, fue casi idéntico: marcó el primer gol encarrilando un gran triunfo. La mayor diferencia respecto a Leo es que fue sustituido, y eso, en la realidad, nunca sucede.

Elegir a Rafinha tenía su qué, independientemente de que Valverde le creyera el más adecuado para la tarea más ingrata. La más difícil ayer. Rafinha estuvo todo el verano sin tener la certeza de que se quedaría. Hasta el último día del mercado vivió pendiente del teléfono. Esa sensación de inseguridad tampoco se la ha quitado de encima desde el 31 de agosto al saber que recuperaría el 12.

El mismo número que lucía antes de irse al Inter. Porque el segundo componente morboso venía dado por la identidad del rival. El equipo que le acogió cedido el pasado invierno y se comprometió a ficharle si entraba en la Champions, como así ha sido y la visita lo atestiguaba, le rechazó.

'Caso Dembélé'

Llegado el momento, renunció a pagar los 35 millones más 3 en variables, que costaba el traspaso definitivo. Más ofensivo aún fue que el Inter prefiriera gastárselos en Radja Nainggolan, el destructivo mediocampista belga que, para más inri, fue quien le rompió los ligamentos cruzados en el Roma-Barça del 22 de septiembre del 2015, partiendo, también, la carrera de Rafinha. Destrozó, además, los sueños de disputar el Mundial 2016 con Brasil.

"Dembélé es un jugador más de la plantilla, a veces decido que jueguen unos y a veces otros, no tengo nada más que decir al respecto", afirma Valverde

Así que, entre unas cosas y otras se encontró Rafinha ante el partido de la temporada. La oportunidad del año, con una duración inicial de tres semanas –el periodo de baja estimado de Messi- que afrontó con la motivación del orgullo malherido de un desprecio. Y por la satisfacción de haber sido elegido por delante de Dembélé, que no jugó ni un minuto y que teóricamente andaba por delante suyo. Hay caso Dembélé.

"Es un jugador más de la plantilla, a veces decido que jueguen unos y a veces otros, no tengo nada más que decir al respecto", contestó Valverde por haber prescindido del delantero francés. El sábado había sido el relevo de Messi ante el Sevilla. El segundo día eligió a Rafinha. "No se me ha pasado por la cabeza nada diferente a lo que me pasa si lo mete otro jugador", adelantó el técnico, "La gente está pendiente de estas cosas y parece que si marca el que entra se ilumina todo, pero el trabajo de Rafinha estaba ahí".

"Rafinha es muy generoso con el esfuerzo. Ha tenido el premio del gol y eso será bueno para él porque le dará más confianza". La valoración de Valverde

Lo más parecido

Rafinha era lo más parecido a Messi por ser zurdo y por ser un híbrido entre centrocampista y delantero que se mueve como pez en el agua entre líneas. Sigiloso y dinámico, es capaz de empezar en la banda y acabar la jugada en el centro. Suárez le reconoció como el sustituto de Leo y combinó con Rafinha como si se tratara de su amigo. El mismo tuya-mía con idéntico desenlace: el gol.

"Rafinha es muy generoso con el esfuerzo. Ha tenido el premio del gol y eso será bueno para él porque le dará más confianza", valoró Valverde, admitiendo que le eligió por la mayor disciplina que tiene respecto a sus competidores.

Rafinha retrocede con más naturalidad para ayudar a defender. Messi nunca baja, pero él podía ayudar a completar una línea de cuatro centrocampistas, como la temporada pasada. Rafinha atacó primero y defendió después. Lo hizo todo. Y bien. "Estoy muy feliz por la titularidad, por la victoria y por el gol", dijo. Lógico.