Paulinho, dos remates y dos goles

El centrocampista brasileño exhibe un nuevo registro de su catálogo de virtudes y transmite una gran eficacia

Paulinho y Denis Suárez se abrazan tras el gol del brasileño al Eibar.

Paulinho y Denis Suárez se abrazan tras el gol del brasileño al Eibar. / periodico

Marcos López / Barcelona

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No, no debe de ser fácil. Nada fácil resulta disparar dos veces y marcar dos goles. Tirar primero a la portería del Getafe en un gesto de potencia y fuerza física, que dejó el primer rasgo de lo que es, y siempre ha sido, Paulinho. Aquí, en China, en el Tottenham, de donde salió repudiado, o en la radiante Brasil de Tite donde no solo es el capitán sino también el alma. En Getafe, un disparo, un gol. Pero luego llegó al Camp Nou en su estreno como titular ante el Eibar y más de lo mismo. Un remate, un gol.

"Al final, va a salir barato", bromeó Dani Alves, su compatriota, en la cuenta de Instagram festejando el gol de su amigo. De momento, los 40 millones de euros que costó su controvertido fichaje han pasado a un segundo plano desde que Paulinho ofreciera en apenas tres días un repertorio de su fútbol. En tres días, dos goles y una asistencia.

Hasta fue coreado  por el Camp Nou, quien lo recibió con los brazos abiertos por ese salvador gol de Getafe. Pero el mundo culé aún no lo había visto jugar de titular, un privilegio que le había reservado Valverde, justo como es con los futbolistas que se ganan el jornal. Así fue con el brasileño, así fue también con Denis.

Juego aéreo, otra arma

Y ambos, agradecidos como son con su nuevo entrenador, se lo devolvieron con dos goles. En el caso de Paulinho, sin embargo, con un matiz más importante porque de Denis, y su polivalencia, ya se ha visto en estos dos últimos partidos: interior zurdo (Getafe), extremo izquierdo. Con el brasileño, ubicado en la posición de Rakitic (interior derecho), el barcelonismo descubrió que tiene un arma nueva para atacar los córners. Un tipo que no solo usa su cuerpo para desplazar a Djené, el central del Getafe, sino que impone su potencia para elevarse por encima de la defensa vasca y firmar un gran cabezazo para escuchar como el Camp Nou coreaba alegremente su nombre.

"Al final, va a salir barato", bromea Dani Alves sobre su compatriota en su cuenta de Instagram

Lo que otros futbolistas no han conseguido en meses, ni siquiera en años, Paulinho ya lo tiene en su bolsillo. No es únicamente el cariño del culé, que ha abandonado los recelos, sino una excelente química con el núcleo duro del vestuario, querido como es por sus nuevos compañeros. No tanto por sus dos goles (100% de eficacia) sino por ese trabajo oscuro que se percibe, sobre todo, en el césped.

Pero Paulinho, feliz como está por encontrar el paraíso del Camp Nou después de deambular por Europa y China, vive cada minuto como si fuera el último. No tenía bastante con destaparse como goleador sino que miró su catálogo y sacó otro recurso. Potencia y violento disparo en Getafe; poderoso juego aéreo ante el Eibar y, para culminar, su gran noche: asistencia de gol a Messi