CANTERA AZULGRANA
La Masia: cuidado con las redes
El Barça forma a los jugadores de la cantera en el uso de las redes sociales y controla su actividad
Ignasi Fortuny
Periodista. Principalmente, escribo sobre música.
Ignasi Fortuny / Barcelona
-¿Esta foto la publicaría Iniesta en su Instagram?
-No.
-¿Y quién es Iniesta?
-Nuestro capitán.
A la entrada de la nueva Masia una gran placa recuerda a todos los deportistas que han pasado por la residencia azulgrana. Colocada una vez pasado el recibidor, es lo primero que ven los padres de los niños y adolescentes que fichan por el Barça cuando van a visitar la que será la casa de sus hijos durante un tiempo indeterminado. La lista de nombres es larga y el éxito deportivo, zigzagueante, muy dispar. Muy pocos de los que constan en esa placa han llegado a la estratosfera futbolística, allí donde sueñan con llegar los que cruzan por primera vez la puerta de la Masia.
A los nuevos futbolistas azulgranas y a sus familias, esa lista les devuelve a la Tierra. Y, claro, ahí también está Iniesta, capitaneando la generación de 1984. El ejemplo del futbolista manchego es recurrente en la Masia. Por todo y para todos. También es frecuente el diálogo que abre estas líneas, con el que los jóvenes jugadores asienten con la cabeza y recapacitan sobre el contenido –en este caso una foto– que han publicado en las redes sociales.
La huella digital
El capitán del primer equipo es el modelo. "Iniesta es el factor espejo", dicen desde el club. El de Fuentealbilla es el ejemplo de cómo se debe comportar un jugador del Barça, de cualquier edad y en cualquier circunstancia. También en las redes sociales, donde el club hace un par de años que observa con lupa a los canteranos para que su conducta se ajuste a la que debe tener un jugador del Barça. Desde el departamento de comunicación del club se detectó la necesidad de "formar, ayudar y acompañar" a los jóvenes futbolistas también en este tema. Una materia especialmente sensible y que en el pasado ya truncó algún fichaje.
La llamada huella digital de Sergi Guardiola, un futbolista que debía incorporarse al filial culé en el 2015, hizo que le despidieran un día después de anunciar su fichaje. El futbolista tenía su Twitter plagado de mensajes antibarcelonistas e insultos a Catalunya. Casos como este se les muestra a los jóvenes deportistas del club. "Más que preocuparnos, nos tenemos que ocupar de cómo los deportistas se relacionan con las redes sociales", explica Carles Folguera, director de la Masia 360º.
Xavi Simons, del cadete B, tiene a sus 14 años más seguidores en redes sociales que muchos jugadores de Primera
"Debemos dar herramientas a los deportistas para que tengan claro que pueden ser un beneficio para ellos y que, a la vez, pueden hacer mucho daño", reflexiona el jefe de la academia azulgrana. La inmediatez de las redes sociales y el publicar en caliente después de un partido pueden llevar a cometer "una mala acción que desprestigia a la propia persona y a la institución", añade Folguera.
Cambiar conductas
Al inicio de temporada, los encargados de la comunicación del club dan una charla vestuario a vestuario donde se les da a conocer las directrices que seguir en las redes sociales, un paso más en la formación que el Barça pretende dar a sus jugadores. Estos consejos serán antes de Navidad -solo falta la aprobación jurídica del texto- una normativa interna específica sobre la cuestión. En definitiva, dará oficialidad a un reglamento que ya se está aplicando. Entre las normas, horarios de publicación y anteponer el éxito colectivo al individual.
"No se limita a una charla, es un proceso de acompañamiento, seguimiento: concienciar, cambiar conductas, que hagan un proceso de reflexión…", cuenta Folguera. El mal comportamiento digital también tiene consecuencias para los deportistas, como no ir convocado al próximo partido.
Desde el Benjamín A (10 años) todos los canteranos tienen cuenta en Instagram, la red social favorita de los jugadores. El uso de Twitter de los proyectos de futbolistas es escaso y Facebook, en gran parte, han dejado de usarlo, cuentan desde el Barça. Traducido en números, son más de 200 cuentas de Instagram de chavales del fútbol base culé, que se controlan a diario y al detalle.
Un caso singular
Entre todos ellos destaca el caso de Xavi Simons, jugador holandés del cadete B del Barça, con casi 700.000 seguidores en Instagram, más que muchos jugadores de Primera, como Ceballos (Madrid) o Banega (Sevilla), entre otros. O como el actual emblema de la Masia, Carles Aleñá. Simons, que tiene community manager y su propia marca, es un caso "incontrolable" de éxito avasallador. Una carrera dirigida por los padres que, al final, tienen la última palabra.
Desde la Masia consideran fundamental el trabajo de la familia y el entorno del jugador. Por eso, durante el próximo mes se dará una charla específica sobre el tema a todos los padres de los canteranos. El objetivo: formar Iniestas fuera del campo durante la quimera de que salga otro como él dentro del verde.
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