El globo de Sampaoli se desinfla

El Sevilla que aspiraba a disputar la Liga a Barça y Madrid lleva cuatro jornadas sin ganar y ha entrado en grave crisis

Jorge Sampaoli, en el banquillo del Sevilla.

Jorge Sampaoli, en el banquillo del Sevilla. / periodico

ÁLVARO RAMÍREZ / SEVILLA

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La primavera no está sentando nada bien ni al Sevilla ni a Jorge Sampaoli. La otrora mejor época del año en clave sevillista (Semana Santa, Feria de Abril y títulos, principalmente de la Europa League), se ha convertido ahora en una época de desazón, desilusión y dudas. El conjunto andaluz, que llegó a estar peleando por las primeras posiciones de la Liga con el Barça y el Real Madrid, se ha derrumbado. En la Liga acumula cuatro jornadas consecutivas sin ganar y ha perdido la tercera plaza, y en la Liga de Campeones cayó en octavos de final ante un teóricamente inferior Leicester.

La pérdida de crédito de este Sevilla y la reducción de las expectativas van directamente de la mano del pinchazo que ha sufrido el globo de la ilusión de Jorge Sampaoli. El técnico argentino, que durante toda la temporada ha estado rodeado de un halo de misticismo, de idolatría, de éxito por lo que estaba logrando con el Sevilla, ha visto cómo de repente toda esa ilusión se ha derrumbado, se ha desinflado.

FUERA DE LAS QUINIELAS

Jorge Sampaoli ha llegado a sonar esta temporada para el Borussia Dortmund, para el PSG y hasta para el Barcelona. Pero con la primavera su nombre se ha borrado de las grandes quinielas, salvo la de la selección argentina, esa persiste. Tras el exagerado cartel de un entrenador con buenas maneras pero con mucho que aprender en Europa y en la Liga española se empiezan a ver otras carencias que el discurso y los resultados de la primera mitad de la temporada escondían. No todo era oro lo que brillaba en Sampaoli.

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Para empezar, el técnico argentino, hasta el momento no había entrenado en Europa, no había gestionado por tanto una plantilla en un curso tan largo, de 38 partidos, más los 8 en la Liga de Campeones, 4 de la Copa y los 3 entre las dos Supercopas, no ha calibrado bien los picos de rendimiento de su equipo.

La cuestión física y la preparación del conjunto sevillista ha sido siempre una de las grandes incertidumbres, incluso cuando ganaba, y ha venido a presentarse en el momento decisivo. Jugadores como Nasri, Nzonzi, Mariano, Escudero, Ben Yedder, Vázquez… han demostrado un bajón alarmante de rendimiento.

EL CASO DE GANSO

El manejo de la cuestión física ha traído como consecuencia que se destapen algunas de sus carencias. En parte porque ahora se encuentra sin jugadores de refresco, hace tiempo que Sampaoli ‘apartó’ a otros jugadores llamados a ser protagonistas. El caso más llamativo es Ganso, al que pidió expresamente Sampaoli y que le costó al Sevilla unos 10 millones de euros. Pues bien, no juega en Liga desde noviembre y ha disputado 11 partidos en toda la temporada. Franco Vázquez, titular y fijo antes, ha desaparecido del equipo en el último mes.

Y a todo ello hay que sumar la parte más insensata del amateurismo. Desde el pasado mes de agosto el Sevilla ha gestionado de forma surrealista la cuestión de los penaltis. La idea de amateurismo de Sampaoli defiende que de la pena máxima ha de encargarse el jugador que la pida, que quiera lanzarla, que se encuentre con ganas. Aquello del especialista no es importante para el técnico argentino. No le ha salido bien la jugada: dos penaltis fallados en la eliminatoria de octavos ante el Leicester, cuatro fallados de forma consecutiva en partidos oficiales, seis goles en 12 penaltis en total y hasta 9 lanzadores diferentes en la temporada.